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Federico PARRA / AFP

La inflación en Venezuela para el año 2024 podría ubicarse entre 250% y 360%. Sin embargo, esto dependerá de la cantidad de dólares que tenga el Banco Central de Venezuela para intervenir en el mercado.

Así lo afirmaron los economistas Daniel Cadenas, Omar Zambrano y José Guerra durante un evento realizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas en el que expresaron sus proyecciones y opiniones acerca el escenario económico venezolano dentro del contexto de los diversos acontecimientos mundiales.

Según los datos aportados por los especialistas, si se revierten las licencias petroleras para el 2024, el PIB caería 2%; si las licencias se mantienen por 6 meses, el PIB crecería 4%; y si las licencias se mantienen durante todo el año, el PIB aumentaría 8%.

«Para crecer, Venezuela necesita un crédito como proporción del PIB de 10% y actualmente es de 1%. La política de elevados encajes ha hecho mucho daño al crecimiento», afirmaron los expertos.

Para el cierre de 2023 el PIB puede caer entre 0,5% y 5% dependiendo del comportamiento del cuarto trimestre.

Igualmente, los cortes eléctricos generaron una pérdida hasta 2022 de  6.000 millones de dólares, es decir entre 9% y 10% del PIB.

Para crecer sostenidamente, afirmaron, hace falta mucho más que flexibilizar las sanciones, también se requiere un buen servicio eléctrico que provea la energía que requiere la reactivación económica.

En cuanto al tipo de cambio, igualmente su rango va a depender de los dólares que el BCV pueda vender. Así, el tipo de cambio podría ubicarse entre 170 y 210 bolívares por dólar.

Para 2024, si se relajan las sanciones, puede haber cierta expansión fiscal que se puede enfrentar con una restricción de oferta que puede derivar en más inflación. Todo ello en medio de una gran incertidumbre política por ser 2024 un año electoral.

 

Crecimiento bajo

El profesor Daniel Cadenas argumentó que entre 1973 y 2013 la economía creció a una tasa promedio anual de 2,5% lo cual se puede aproximar al crecimiento del PIB potencial, todo ello con una industria petrolera dinámica, sin sanciones y sin migraciones.

Por tanto, esa tasa es baja debido a que la economía de Venezuela tiene poca complejidad, en el sentido de capacidades productivas muy simples e igualmente sus exportaciones están muy concentradas en pocos productos.

Hubo un rebote después de la pandemia de covid19 que se expresó en un crecimiento del PIB en 2021 y 2022 pero que duró poco, debido a la persistencia de la inflación y la caída de los salarios. Para el cierre de 2023 se espera una contracción de la actividad económica asociada principalmente a la insuficiencia de la demanda agregada.


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