Los campos petroleros de Venezuela se han vuelto silenciosos, excepto por el zumbido de la bomba eléctrica que funciona ocasionalmente | Foto: Bloomberg

La Faja Petrolífera del Orinoco se ha convertido en el escenario de múltiples robos. Antes solían ocurrir en la oscuridad, pero ahora la luz del día atestigua el hurto de petróleo.

Los hombres salen de la camioneta. Mientras uno está de guardia, los otros se acercan a una bomba de aceite. Quitan los tapones de llenado y drenan el líquido viscoso en cubos que apilan en su vehículo para luego marcharse.

Un reportaje de Bloomberg indicó que la mala gestión que existe en el área desde la época del fallecido presidente Hugo Chávez, aunada a las sanciones de Estados Unidos, ha causado la crisis más grande que haya tenido Venezuela en la materia.

En retrospectiva

Hace cinco décadas, Venezuela producía 3.7 millones de barriles diarios de petróleo. Hoy, produce solo alrededor de 712.000. Esto es, aproximadamente, la mitad de lo que bombea Dakota del Norte.

El recorrido que hizo el mencionado medio, demostró que el motor industrial y económico de la nación fue despojado de equipos y descuidado hasta el punto del colapso.

La Faja Petrolífera del Orinoco, que produce más de 90% del flujo decreciente de Venezuela, parece un cementerio de equipos que superan el millón de dólares.

Plataformas abandonadas, tanques vacíos, generadores destripados, paneles de energía rotos, cables pelados entre piscinas de petróleo crudo derramado y vegetación invasora es lo que quedó.

«Lo que ves hoy en Venezuela es el colapso de sus campos petroleros y la industria petrolera en general. Es peor de lo que ves en algunas zonas de guerra», dijo Fernando Ferreira, director del Servicio de Riesgo Geopolítico de Rapidan Energy Group.

Recuperación del saqueo podría llevar décadas

La consultora del área en Washington dijo que “la producción petrolera venezolana fue destruida por 20 años de incautaciones de activos, corrupción generalizada y sanciones».

La nación podría aumentar la producción a aproximadamente 2 millones de barriles por día en 5 años, a un costo hasta de  30.000 millones de dólares.

«La recuperación depende en gran medida de quién reemplazará a Maduro», dijo Ferreira.

El alcance del daño al sistema es una conjetura: la junta nombrada por el presidente interino Juan Guaidó controla solo los activos de Pdvsa fuera de Venezuela.

Restaurar la industria nacional tendría un costo de 120.000 millones de dólares, indicó Luis Pacheco, presidente de una junta de Pdvsa.

Aseguró que el dinero debe provenir principalmente de inversores privados para desafiar décadas de celoso control estatal del activo principal de Venezuela.

De 119 plataformas petroleras en 1999, para el mes de agosto de este año solo funcionaban 23, según datos de la compañía de servicios petroleros de Houston Baker Hughes.

Incluso, las pocas plataformas que quedan están en peligro. El robo aumenta a medida que las instalaciones permanecen inactivas debido a cortes de energía. Además del éxodo de trabajadores y la falta de equipo de trabajo.

Un supervisor puede pasar 2 veces al día por 15 minutos. Los operadores de Seguridad y Plataformas de Pdvsa no viajan profundamente a los campos petroleros para reparaciones o patrullas por temor a ser secuestrados o robados.

Los equipos llenos de cobre, diesel y ricos en hierro se vuelven blancos fáciles para los ladrones.


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