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Foto AFP

Las empresas de Estados Unidos podrán seguir haciendo negocios con el fabricante chino Huawei por lo menos hasta febrero, después de que el gobierno de Donald Trump extendiese este lunes por segunda vez la moratoria decretada en mayo.

Trump anunció por primera vez la prohibición a las empresas estadounidenses de mantener vínculos comerciales con Huawei en mayo, pero desde entonces decretó dos moratorias a esa decisión, a las que se suma la de este lunes, cuando vencía la decretada en agosto.

Washington recela de los vínculos de la empresa con el gobierno de China y sospecha, dice, que Huawei podría usar sus teléfonos móviles y otros equipos tecnológicos para espiar en el extranjero y facilitar la información a los dirigentes del país asiático.

Aunque la cuota de mercado de los teléfonos móviles Huawei en Estados Unidos es muy reducida, la empresa china tiene una fuerte presencia como proveedor de equipamiento de telecomunicaciones en las zonas rurales del país.

Sus productos, sustancialmente más baratos que los de la competencia, han permitido el despliegue de redes inalámbricas en grandes extensiones del país escasamente pobladas en las que, de no haber sido por Huawei, esas infraestructuras hubiesen sido prácticamente inviables desde un punto de vista financiero.

«La extensión temporal de la licencia general permitirá a las teleoperadoras seguir prestando servicio a los clientes en algunas de las áreas más remotas de Estados Unidos, que en caso contrario se hubiesen quedado desconectados», apuntó el secretario de Comercio, Wilbur Ross.

«El departamento seguirá vigilando de forma rigurosa las exportaciones de tecnología considerada estratégica para garantizar que quienes quieran amenazar nuestra seguridad nacional no se aprovechen de nuestras innovaciones», dijo.

Huawei responde

Huawei aseguró en un comunicado que la extensión de la moratoria no tendrá, en ningún caso, un impacto sustancial en sus negocios. Pero, pese a ello, consideró que está recibiendo un trato injusto del gobierno de Estados Unidos.

«La decisión del Departamento de Comercio de incluir a Huawei en su Lista de Entidades ha sido más perjudicial para Estados Unidos que para Huawei. Esta decisión ha causado un daño económico significativo a las compañías estadounidenses con las que Huawei hace negocios», indicó el fabricante chino.

Junto con su presencia en zonas rurales, el otro aspecto clave para entender la incidencia de Huawei en la economía de Estados Unidos son los proveedores de componentes tecnológicos y de software, como los fabricantes de chips Intel, Xilinx y Broadcom, y el gigante de Internet Google, propietario del sistema operativo Android, presente en los dispositivos de Huawei.

De todos los proveedores estadounidenses de Huawei, Google es el que tiene un perfil más alto, puesto que los teléfonos que el fabricante chino vende en todo el mundo llevan preinstalados Android y servicios como Chrome, Gmail, Google Maps, YouTube y Google Play.

El veto a Huawei se enmarca en un contexto de guerra comercial entre Estados Unidos y China, abierta desde prácticamente el momento en que Trump llegó a la Presidencia, en 2017.

Esa guerra se ha saldado por el momento con aranceles sobre cientos de millones de importaciones chinas a Estados Unidos y represalias similares por Pekín.

Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo han afectado la actividad global, con especial incidencia en las cadenas de suministro internacionales.

El Fondo Monetario Internacional rebajó en octubre las previsiones de crecimiento de Estados Unidos y China para este año y el próximo, así como las perspectivas de crecimiento mundial ante la creciente incertidumbre.


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