Sidor
En general, la nula producción de acero por parte de Sidor incidió en el bajo ritmo de los transformadores de acero en el centro del país, que operaron por debajo de 15% | Que Pasa en Venezuela

A pesar de los bombos con los que el régimen de Nicolás Maduro anunció que el año 2019 sería el de la «recuperación productiva», la realidad superó las promesas y actualmente la paralización industrial es un hecho. Un ejemplo de ello es Sidor.

La Siderúrgica del Orinoco es una muestra de la vacuidad del discurso madurista en el corazón industrial de Puerto Ordaz, en el estado Bolívar.

Sidor, tras ser estatizada en 2008 por el fallecido presidente Hugo Chávez, emprendió una caída libre en su producción hasta llegar a cero al cierre del año pasado bajo el control de Maduro.

2018 reportó una producción de 50.129 toneladas de acero líquido. Apenas 1,1% del máximo registro alcanzado en 2007.

Las acerías se detuvieron por completo en agosto de ese año y así han continuado. En 2019, el peso de la producción de acero de la otrora acería más importante de América Latina y el Caribe fue de cero.

En el recuerdo quedó el récord de producción de 4,3 millones de toneladas en manos del grupo Techint.

El aglomerado de mineral de hierro

En 2019, solo una planta estuvo operativa en la ciudad industrial. Se trata de la Planta de Pellas, productora del aglomerado de mineral de hierro que sirve de materia prima para la fabricación de acero. En la práctica, la compañía pasó de siderúrgica a productora de pellas en nivel deficiente.

Al cierre de 2019, el área totalizó una producción de 702.000 toneladas del prerreducido, según cifras a las que tuvo acceso Correo del Caroní. El registro es equivalente a 8,7% de la capacidad instalada de la planta, que alcanza a 8 millones de toneladas al año.

La producción completa del año es apenas levemente superior al registro de un mes en condiciones óptimas. El pésimo desempeño ocurrió pese a las promesas de inversión de Maduro en una visita relámpago a Guayana a principios de marzo de 2019, y la designación, en agosto de 2019 ,de una nueva presidente para la estatal, Yajaira Rangel.

En aquel entonces, quien era el presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, Pedro Maldonado, informó que las líneas A y B de Sidor habían sido sometidas a un «proceso de reconstrucción» en 2 fases por una inversión de 84 millones de euros.

Sin embargo, los trabajos de recuperación nunca comenzaron. Solo estaba activa la línea B a la mitad de su capacidad instalada. Esto, en contraste con la certeza de la presidente Yajaira Rangel, quien celebraba un «notable éxito» en la recuperación de la producción de la mayor acería del país.

Déficit de acero propició cierre de transformadoras

Cuatro fábricas de autopartes en el centro del país cerraron sus operaciones en 2019. Así lo afirmó la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores, Favenpa.

Una de las compañías, Rudeveca, trabajaba con el acero de Sidor como única materia prima.

«La empresa exportaba, era fabricante de ruedas o rines de acero y, debido a la falta de suministro de Sidor, decidió cerrar sus operaciones», dijo el presidente ejecutivo de Favenpa, Omar Bautista.

En general, señaló, la nula producción de acero por parte de Sidor incidió en el bajo ritmo de los transformadores de acero en el centro del país, que operaron por debajo de 15%.

El dirigente gremial aseguró que 2019 fue un año complejo para la industria. «Si lo comparamos con hace 10 años, el sector redujo su actividad en 90% debido a la caída del consumo», dijo.

En Brasil, si bien el consumo interno de acero laminado descendió, las exportaciones crecieron 12% en comparación con los primeros 10 meses de 2018.

Parálisis de beneficios

La crisis en la principal siderúrgica estatal se ha reflejado en la prestación de servicios como el transporte y el comedor. 2020 comenzó con el recorte del horario administrativo hasta las 11:00 am porque no hay servicio de almuerzo para el personal, de acuerdo con trabajadores consultados.

Aunque a los pocos días fue solucionado, a este problema se le suma la falta de transporte que obliga al personal a usar carros particulares y pagar altas cantidades de dinero para poder llegar a la ciudad industrial que se convirtió en símbolo de decadencia.

Los trabajadores señalan que ha habido intentos de arranque de algunas plantas, pero el caos interno ha frustrado cualquier ensayo.

«Faltan repuestos, se han robado muchas cosas», manifestó un trabajador, que pidió que se mantuviera su nombre en reserva. La falta de garantía de suministro eléctrico es otra traba que aleja una pronta recuperación de la empresa.

A mediados de octubre del 2019, el Estado anunció alianzas estratégicas con Rusia para la recuperación productiva de Sidor y el fortalecimiento del sector hierro-acero, pero uno de sus trabajadores comentó que las «sugerencias», por parte de la comisión extranjera, no forman parte de un plan serio para mejorar la realidad de la estatal. Los resultados de la visita rusa no han sido difundidos públicamente.

Causales del declive

Carlos Ramírez, trabajador de Sidor, precisó las causales del declive productivo: ausencia de voluntad y viabilidad política para la consecución de inversiones, alta gerencia sin formación ni experiencia técnica en procesos productivos, desarticulación funcional al interior de las empresas, insuficiente disponibilidad de materias primas e insumos, restricción de energía eléctrica y gas natural, abandono de la planificación estratégica y partidización política de técnicos y especialistas; así también su desprofesionalización.

Sin esperanzas para 2020, trabajadores no ven forma de mejorar la situación. «La presidente poco se reúne con los trabajadores, dicta su línea y ya… El lineamiento que ellos crean se impone», expresó otro trabajador.


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