La minería en la amazonia venezolana se ha convertido en una de las salidas a los problemas económicos de Venezuela.

Un ejército de 300.000 buscadores de fortuna hace vida en la selva del estado Amazonas para ganarse la vida removiendo la tierra. Esta actividad, llevada acabo por “mineros artesanales”, ha ayudado a financiar las transacciones económicas de Nicolás Maduro desde 2016.

De acuerdo con más de 30 personas entrevistas por Reuters, el oro que es extraído de las minas del sur venezolano es llevado a las bóvedas del Banco Central de Venezuela, para más tarde ser enviado a refinerías en el extranjero a cambio de alimentos.

“El gobierno sabe todo lo que pasa en las minas y le conviene, porque al final nuestro oro va a sus manos”, dijo José Aular, un adolescente de 18 años de edad que trabaja en el negocio de la extracción del oro.

Maduro también se apoya en la ayuda del presidente turco, Tayyip Erdogan, para concretar su operación. Los entrevistados aseguraron que Venezuela le vende la mayoría del oro a refinerías turcas y luego utiliza parte de los ingresos para comprar bienes de consumo masivo.

Lea el reportaje completo en Reuters


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