La economía solidaria representa en estos momentos una alternativa para el país.  Luis Delgado, asociado de la Cooperativa Gestión Participativa, cree que la situación económica y social de Venezuela es un motivo para impulsar la economía solidaria. “Este es un gran momento para voltear la cara hacia otra forma de organizarnos para  solucionar los problemas”, indicó.

Una de las expresiones de la economía solidaria es el cooperativismo. Delgado informó que  las estadísticas de la Superintendencia de Cooperativas dan cuenta de que cada año surgen entre 10.000 y 20.000 cooperativas.

Además, ve  en este sistema un punto de reconciliación para las comunidades, a fin de que construyan proyectos que beneficien a todos.  “La pobreza no se superará por derrame. No porque el capitalismo crezca y nos dé unas sobras o por un sistema de políticas compensatorias se va a solucionar, porque todos construimos. La solución está planteada por la vía de la descentralización que se dará también en la economía y no solo en lo político”.

La forma de desarrollo es articular la producción con el consumo. Con ello se hace que bajen los precios y se obtengan productos de calidad. “Un ejemplo es Cecosesola, en Barquisimeto,  estado Lara. Hay 200.000 personas inscritas en la red de abastecimiento de la ciudad, que la lleva adelante esta asociación”.

Destacó que la comunidad no solo adquiere las mercancías a más bajos precios, sino que  los vendedores que expenden en esa feria traen sus productos de varias zonas y de otras comunidades organizadas.

“Además, en esa red no hay directivos, no hay supervisores, no hay jefes”, señaló.

Delgado, quien también fue superintendente nacional de cooperativas, expuso que  otra experiencia exitosa tiene que ver con el servicio funerario. Es la red más grande que existe en el país. “Atiende a casi un millón de personas y hay 65 sucursales o centros de atención. El año pasado se fabricaron más de 20.000 urnas”.

Este sistema da para crear varias formas de trabajo porque va desde el servicio de capillas hasta la fabricación de las urnas.

Otro ejemplo de redes que funcionan las ubicó en Punto Fijo y Carora con la distribución del gas doméstico, que también se ocupa de la fabricación de bombonas y otros equipos.

El ex superintendente de cooperativas puso de relieve lo que tiene que ver con los fondos comunitarios del área financiera. Explicó que son cooperativas que ponen en conjunto sus ahorros y lo distribuyen en forma de préstamos, réditos y otros apoyos para que los ciudadanos puedan desarrollar actividades productivas o financiar sus necesidades. En Punto Fijo esa red atiene a 100.000 de las 300.000 personas que pueblan  la ciudad.

Recordó que este tipo de financiamiento en Venezuela tiene raíces culturales porque existen los sanes, cooperativas, bolsos o como se les quiera llamar que son formas solidarias de organizar un sistema por turnos y propone que las cajas de ahorros se integren en un sistema más financiero.

El movimiento está creciendo y dentro de las experiencias está también en el barrio Pueblo Nuevo de Barquisimeto un hospital, ambulatorios y laboratorios. Este sistema comunitario ha registrado dos millones y medio de consultas y más de 500 operaciones. Indicó que es una organización impulsada por médicos, enfermeras y trabajadores de la salud. Desarrollan actividades conexas como la producción de insumos y medicamentos.

La cogestión.  Esta forma de asociación tiene su fundamento en el artículo 70 de la Constitución. Y no es otra cosa que la participación de los trabajadores en la dirección de la empresa.

Delgado apuntó que hay que hacerse la pregunta de si no se está en un momento del país en el que es necesario que  haya un entendimiento entre trabajadores, dueños del capital y el sector público. Puso como ejemplo la cogestión que ha llevado adelante Caterpillar. La propuesta de la empresa fue que los trabajadores se organizaran en empresas asociativas. Formaron un consorcio que reparte 50% de las ganancias finales para los trabajadores y el otro 50% para la empresa. Las decisiones se toman por consenso.

Sin embargo, uno de los aspectos que frena el desarrollo de la economía solidaria es la falta de un marco jurídico. Delgado se queja porque se trata de resolver los problemas como si fueran una empresa mercantil.

“Es una organización que tiene una característica distinta. El trabajo que realizamos en una cooperativa es asociado. No es un trabajo dependiente, no es un patrono, no hay alguien a quien reclamarle”.

Señaló que el aporte  de la economía solidaria es aquel de dos nuevo actores que originan una nueva cultura de trabajo que no es rentista, sino que construye soluciones. “Se están generando relaciones armónicas de vida”, acotó.


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