El aumento del salario mínimo anunciado ayer por el presidente Nicolás Maduro no es una solución a largo plazo para mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos. Los economistas denominan esta acción como un «velo monetario» al ser un método para ablandar solo un poco el problema. Cinco economistas coincidieron en que este incremento tiene como objetivo hacer campaña política a menos de dos meses de las elecciones parlamentarias y que acelerará más la inflación, que el mandatario nacional estimó (según conversaciones que dijo tener con funcionarios del BCV y el INE) en 80%.Los más afectados por el problema adquisitivo son los trabajadores del sector formal, opinó Luis Vicente León, presidente de Datanalisis. Explicó que, a diferencia de los comerciantes informales, los empleados dependen de un sueldo. Sin embargo, no cree que el aumento sea la mejor solución porque no resolverá el índice inflacionario.Consideró que lo mejor sería que el Estado llegue a acuerdos directos con las empresas, que, en su mayoría, tienen políticas salariales y buscan compensar a sus trabajadores para no perder talento humano.León señaló que la inflación no está, como dijo Maduro, en 80%. «Es poco probable que la inflación sea de menos de 150% este año», indicó.Para Jhonny Zafra, economista y analista de Bursátil, la crisis económica del país se debe principalmente a la dependencia de la exportación de petróleo. Apuntó que el aumento del salario mínimo es una forma de hacer frente a un fenómeno multicausal, pero que en poco tiempo dejará de ser viable.El economista y director de investigación para América Latina de Barclays, Alejandro Grisanti, sostuvo que en caso de que en diciembre no se aumente el sueldo mínimo, la acumulación porcentual de incrementos sería de 70%, «cuando la inflación ha estado cerca de 180% o 200%», aseguró. Agregó que la caída del poder adquisitivo para este año podría llegar a 43%.»Es claro que este anuncio es para hacer campaña, porque no hay mejoras a largo plazo», añadió.El marxismo nunca será la soluciónDesde el punto de vista de Orlando Ochoa, profesor de la UCAB y economista, la sociología marxista nunca ha estabilizado la economía de un país, y Venezuela no será el primer caso. Opinó que el aumento del salario mínimo asfixia más a las empresas privadas y deteriora el empleo y la producción. Señaló que la decisión del Ejecutivo es otro método populista para atraer votos a menos de dos meses de las elecciones parlamentarias.»No hacen nada para detener la inflación, que sería el mejor aporte», indicó. Explicó que este dilema no tiene que resolverse obligatoriamente con el Fondo Monetario Internacional. Solo funcionaría técnicamente con la elaboración de balanzas de pagos para quienes deseen invertir en el país.El director de la Cámara de Comercio de Caracas, Víctor Maldonado, explicó que ya el sector privado ha buscado ayudar a los asalariados sin que el gobierno lo solicite. «Estas señales que da el gobierno incrementarán más la inflación. Esto demuestra cuán enferma está la economía venezolana», advirtió. Opinó que el incremento del salario mínimo es una expresión clásica de los gobiernos populistas. «Tirarle migajas al pueblo sin pensar en los costos terribles que sufrirá. Lo están engañando», añadió.Abogan por una economía libreVíctor Maldonado dijo que la mejor manera de estabilizar al país es abogar por una economía de libre mercado, aunque lamenta que el gobierno no esté dispuesto a desarrollarla. Por su parte, Orlando Ochoa dijo que se necesita un Estado que trabaje con la empresa privada.Jhonny Zafra mencionó una serie de pasos para llegar a una solución macroeconómica: liberar el tipo de cambio o unificarlo, liberar la tasa de interés, liberar el control de precios para que estos se formen por oferta y demanda (lo que evitará mercados paralelos), liberar los precios, iniciar un proceso de educación al consumidor, racionalizar el gasto público, incrementar los ingresos tributarios, de modo que este sea por impuestos, aplicar un plan de ajustes para entrar en proceso de venta de activos del Estado con el fin de cancelar la deuda externa y cambiar el modelo económico por uno que no sea rentista.


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