Largas colas se hacen en las principales autopistas de la capital porque los conductores se orillan para tratar de “agarrar” algo de señal. Los venezolanos en el exterior piden auxilio a gritos a conocidos y amigos para poder comunicarse con sus familiares en el interior del país. La segunda falla eléctrica general deja al país completamente incomunicado otra vez, no solo por la obvia falta de energía, sino porque es un sector económico que resiente la falta de inversión y hasta el vandalismo.

Fran Monroy, periodista experto en telecomunicaciones, explicó detalladamente lo que ocurre cuando el país se queda sin servicio eléctrico, pero la conclusión es la siguiente: con este segundo apagón, 70% de la conectividad del país está comprometida. Al principio, las primeras horas, ese porcentaje era de 98%, pero el trabajo de los equipos técnicos de las teleoperadoras ha levantado algo de la señal.

Llamó la atención Monroy sobre el hecho de que la compañía del Estado, Movilnet, no ha podido recuperar el servicio desde el primer apagón del 7 de marzo y en esta segunda falla siguen con problemas graves. Esta empresa no tiene conectividad ni siquiera para mensajes de texto en números prepagados. La conectividad de Movistar está en aproximadamente 60%, similar a Digitel. “En un mes se le ha exigido a las operadoras de telecomunicaciones responder a emergencias de más de 48 horas sin luz. Ni el peor escenario de simulación que pudieran haber hecho estas empresas para preparar las respuestas ante una emergencia consideró una falla eléctrica de tanto tiempo. Imposible prepararse para esto, lo máximo son 15 horas y esto ha pasado de 2 días”, afirmó Monroy.

 

¿Qué es lo que pasa?

La Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela, que también opera la empresa Movilnet de telefonía celular, tiene graves problemas en sus centros de distribución de líneas telefónicas. Estas instalaciones dependen completamente de la electricidad, y es por eso que en las zonas en donde se recupera el servicio es posible que los teléfonos fijos funcionen, pero en cuanto se va la luz, vuelven a caer por falta de generación.

 

En cuanto al servicio móvil, Monroy indicó que los bancos de celdas también trabajan con electricidad, que puede tener tres fuentes auxiliares, además del servicio eléctrico: plantas que trabajan con gasoil, sistema de enfriamiento por agua o baterías. Las dos primeras presentan el problema de que dependen de materiales como el gasoil y el agua, que también faltan. La tercera es objeto de vandalismo, porque estos equipos son buscados por los ladrones que creen que son como los generadores que usan los automóviles. “El problema es que las operadoras no se dan cuenta de que se robaron la batería de un grupo de celdas sino cuando se va la electricidad”, afirmó Monroy.

“La telefonía celular funciona de atrás hacia delante. Cuando la celda comienza a enviar señal, intenta llegar a 4G; si no puede, baja a 3G, o si no a LTG. El problema es que las celdas 3G restringen la señal, están hechas para atender a los que están más cerca y dejan por fuera a los que están más lejos. Cuando se juntan muchos usuarios, se congestiona. Hay que tomar en cuenta, además, que la manera como funciona es como tiempo compartido. Unos segundos para un número, luego unos segundos para otro, y así sucesivamente”, explicó.

Esta es la razón por la cual, si los usuarios se acercan a sitios cercanos en donde están instaladas las celdas, pueden conseguir algo de señal, pero se congestiona rápidamente. En conclusión, hay falla eléctrica general, falta de generación auxiliar y saturación de las celdas.

“A las teleoperadoras no les ha dado tiempo en dos días de recargar las baterías existentes o de abastecerse de gasoil o de optimizar el enfriamiento por agua”, agregó.

Los otros servicios

“Muy poca gente sabe que uno de los centros neurales de Directv se encuentra instalado en Caracas. Este centro distribuye la señal de los canales a toda Latinoamérica. Solo hay tres en todo el continente, uno en Los Ángeles, otro aquí y otro en Argentina. Si llega a fallar, podría asumirlo este último, pero muchos países quedarían sin señal por un tiempo, y eso es muy grave, aunque sea poco tiempo”, explicó Monroy.

Este sistema, así como los nodos de conexión de Internet de las otras compañías que ofrecen estos servicios trabajan con electricidad constante. Fallan también las cableoperadoras, porque sus centros de distribución funcionan con electricidad, que si no es constante, hace que la generación sea intermitente.

Las emisoras de radio también sufren inconvenientes para generar y distribuir señal, y eso se evidenció durante el primer apagón.

Problemas estructurales

El ex ministro de Transporte y Comunicaciones y ex presidente de Cantv Fernando Martínez Mottola asegura que Venezuela se queda incomunicada como consecuencia de que se unen dos problemas: graves fallas estructurales que las empresas del sector vienen arrastrando y los problemas que se generan por el desperfecto del sistema eléctrico nacional.

“Falla estructural porque estas empresas tienen años sin poder invertir en mantenimiento y renovación de equipos. No invierten por muchas razones, entre ellas la falta de seguridad jurídica, el poco acceso a divisas para comprar equipos que solo se producen afuera y los escasos incentivos que tienen los empresarios del sector”, explicó Martínez Mottola.

Una de las cosas que ha afectado a las teleoperadoras es el hecho de que las tarifas están congeladas desde hace años. No hay manera de que la prestación de servicio pueda retroalimentarse con lo que paga el usuario. También el ex ministro menciona, como Monroy, el fenómeno del vandalismo, porque los equipos, el cableado que se roban muchas veces no pueden ser repuestos. Y no deja de señalar que hasta la fuga de talento influye negativamente.

“Cuando ocurre una falla eléctrica de magnitud nacional, los equipos se deterioran aún más de lo que ya estaban. No hay repuestos para plantas, para baterías; así que al problema estructural que se viene arrastrando por años se le suma el coyuntural. Esa es la razón por la que las comunicaciones en el país están tan deterioradas”, recalcó.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!