Reparar es una de las prácticas que el venezolano lleva a cabo para paliar los efectos de una economía inflacionaria que dificulta el acceso a los productos que requiere para cubrir necesidades básicas. El vestirse es una de estas y comprar prendas se hace cada vez más difícil, por lo que el arreglo, adaptación y rediseño de ropa usada se ha convertido en una de las prácticas más comunes y cotizadas.

“Es mucho menos costoso arreglar la ropa que comprarla nueva, cuando un jean de caballero no lo consigues en las tiendas por menos de 600.000 bolívares”, dijo Carlos Castillo en una franquicia en el este Caracas.

Por colocarle 5 parches a un pantalón le cobraron 36.000 bolívares. “No es que el precio por arreglarlo sea tan barato, pero siempre será menos que adquirir un blue jeans nuevo de esta calidad a 800.000 o 1.000.000 de bolívares”, destacó.

El costo de un pantalón vaquero nuevo, de marca, para hombre sobrepasa el ingreso mensual de 250.531 bolívares, compuesto por un salario mínimo más el bono de alimentación.

Omaira Ochoa, profesional y ama de casa, dijo: “En la familia se acabaron los estrenos desde hace dos años pues es imposible comprar ropa nueva frente a otros gastos prioritarios como la comida, las medicinas y el transporte”.

Zuleima Rodríguez, que montó su taller de costura en Candelaria hace seis años, destacó que el trabajo se ha incrementado con la crisis económica, especialmente en el entallado de pantalones, blusas, camisas y vestidos.

“Los últimos 2 años bajé de 84 a 54 kilos de peso y no fue porque me puse a dieta, sino porque en la casa estamos comiendo menos en calidad y cantidad, lo que me obligó a mandar a recogerle a toda mi ropa”.     

María de los Ángeles Grimaldo, costurera con 20 años de experiencia, indicó que la gente reduce la ropa hasta dos tallas menos. Agregó que otro fenómeno es que los clientes le llevan para arreglar prendas usadas que adquieren en el mercado secundario, a precios menores que en las tiendas de ropa nueva.  

“No me doy abasto con la cantidad de arreglos que me traen los clientes; sin embargo, he tenido que aumentar los precios porque los materiales suben constantemente”, cuenta Grimaldo. Señala que el envase con ocho agujas para la máquina de coser cuesta 25.000 bolívares, pero en diciembre le costó 4.000  bolívares.

Rodríguez señaló que el distribuidor le vendió la media docena de cierres a 11.000 bolívares cuando hace ocho meses se conseguía la docena a 12.000 bolívares. El cono de hilo subió de 800 a 7.000 bolívares.

“El metro de las telas para los parches, entre ellas el jean, aumenta de una semana para otra. El shifón se incrementó de 6.500 a 15.000 bolívares; sin embargo, no puedo trasladar completamente esas alzas de precio a los clientes por el riesgo de perderlos, además para ellos es un sacrificio arreglar la ropa cuando tienes otros gastos prioritarios, como la comida”, sostuvo.

La encargada de la sucursal de la franquicia narró que por el incremento de los precios bajaron los encargos: “El año pasado un cliente traía de una vez 2 o 3 piezas para arreglar; ahora trae solo una”.

Reparar cuesta un poco más caro en las franquicias, mientras que las costureras tienen menores precios. En la primera opción entallar un pantalón cuesta 45.000 bolívares frente a 10.000 y 12.000 bolívares de las modistas

Al comparar los precios actuales al público con los de diciembre pasado se observa un incremento en promedio de 185%. Hacer un ruedo costaba de1.500 a 5.000 bolívares hace ocho meses frente a 5.000 y 15.000 de ahora, mientras que poner un cierre pasó de 1.500 y 6.000 a 7.000 y 19.300 bolívares.

Entre los dos lapsos, el valor del entalle se movió de 3.000 y 18.000 bolívares a 10.000 y 45.000 bolívares, y la colocación de un parche de 1.500 y 4.000 a 5.000 y 9.500 bolívares.

Se arregla ropa íntima

El reciclaje de las prendas de vestir se extendió a la ropa interior tanto de damas como de caballeros. “Anteriormente esas piezas eran reemplazadas por nuevas, incluso cuando se decoloraban o se ponían feas”, manifestó María de los Ángeles Grimaldo.

La costurera, que tiene su taller en Petare, precisó. “Desde hace dos años han aumentado los pedidos para arreglar los boxer, sobre todo, en la entrepierna, donde se debe colocar tela nueva”. Precisó que el precio a cobrar varía según el tipo de tela y el área de tejido a reponer por el desgaste de la pieza.

La encargada de la tienda de la franquicia indicó que con frecuencia les llegan las solicitudes de mujeres, de todas las edades y estratos sociales, para reparar los sostenes en lo que el precio a cancelar también depende de los materiales utilizados, los cuales pueden ser encaje, tirantes, gafetes, copas, broches y ballenas.

“Cuando un brassier nuevo cuesta en las tiendas más de 150.000 bolívares es una buena opción reparar las prendas que se tienen guardadas en el clóset, porque les falta un gafete o un broche”, destacó Grimaldo.


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