Vizquel en primer plano. Atrás están Pablo Mocerrat y Carlos Hernández. Foto Archivo El nacional

La primera vez que nos tropezamos la duda nos embargó por unos segundos. El tiempo no puede haber pasado con tanta rapidez. Tal vez se trate de un jovencito allegado a los dueños del equipo, encaprichado en vestir por unas horas el uniforme blanco de los Leones del Caracas. Pensábamos, mientras veíamos desde el dugout, cómo el adolescente con el número 4 en la espalda, se dirigía al campocorto a tomar los rollings que salían del bate de Antonio «Loco» Torres.

“Ese es Omar Vizquel”, nos dijo Oscar Prieto Párraga, el gerente general de los Leones. ¿Aquel que fue el campocorto de Venezuela en el Mundial de Beisbol Preinfantil celebrado en este mismo estadio, hace siete años? El mismo, nos respondió Prieto.

Vizquel era el campocorto y primer bate de aquella sorprendente novena que conquistó el título, y revisando la prensa de aquellos días de agosto del 77, nos tropezamos con sus cortas pero precisas palabras al terminar el encuentro que les dio la corona. “Todos jugamos bien, pero me hubiese encantado dar más hits en este partido. Sin embargo, estoy feliz”.

“En ese momento no pensaba en que algún día estaría junto con los grandes”, nos dice Vizquel antes de iniciar su diaria rutina de entrenamientos que ya le han servido para ganarse la fama entre sus compañeros, de ser un gran trabajador.

“En ese momento tal vez por la edad uno no puede ver el futuro con tanta seguridad. Más bien disfrutaba del triunfo alcanzado. De todo lo que significó para nosotros ganar ese campeonato Mundial ante tanta gente”, dice este jovencito que tiene 17 años y solo cumplirá los 18 el próximo mes de abril.

Sin embargo, Vizquel no se deja embargar por el éxito. Sabe que lo del mundial fue significativo, aunque no es suficiente. Tiene que empezar de nuevo.

“Aún juego en el campocorto. Esa ha sido mi posición de toda la vida, y espero continuar en ella”, advierte. “Sin embargo, no me preocupo en lo absoluto por no jugar. Sé que eso en este momento es imposible. Cómo podría jugar por encima de Héctor Rincones y Pedro Chávez. Hay que respetarlos. Como dicen, ellos son los “caballos”. Por ahora sólo trato de fortalecerme para cuando llegue el momento de viajar a los Estados Unidos la próxima temporada”.

Además del Caracas, Vizquel fue firmado por la organización de los Marineros de Seattle. “Ya estuve por poco tiempo con ellos esta temporada, pero debo volver a los entrenamientos primaverales. Allí ellos decidirán en qué clasificación debo jugar”.

Vizquel ha recibido sin cesar tantos elogios como los escuchados en el Mundial Preinfantil, cuando lo llamaban David Concepción en miniatura. Sin embargo, hay quienes sostienen que su poca estatura pudiera obstaculizarle su avance.

“Eso tampoco me preocupa”, responde. “En el beisbol el tamaño se mide por las condiciones y no por la estatura del jugador. En este juego además de las condiciones, hay que ser inteligente. Eso es lo que distingue a los grandes jugadores”, sostiene.

“A mí me recuerda a Enzo Hernández”, advierte Rafael Noriega, el preparador físico de los Leones, mientras que Vizquel trae como ejemplo al coach Pompeyo Davalillo. “Pompeyo es pequeño y llegó a las mayores. Por qué no puedo hacerlo yo”, se pregunta.

Antes de concluir el bachillerato y preinscribirse en la universidad en tres carreras para ver en cuál salía favorecido, Vizquel ya había decidido jugar beisbol profesional.

“Me preinscribí en la universidad pero ya la decisión estaba tomada. Desde mis días en la escuela lo había decidido, y desde entonces también he contado con el apoyo de mis padres, y esa actitud siempre se las agradeceré. Mi papá me dejó escoger. Nunca trató de influir en mis decisiones. Estoy orgulloso de él”.


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