Yulimar Rojas-Caterine Ibargüen

La venezolana Yulimar Rojas y la colombiana Caterine Ibargüen, las estrellas del atletismo latinoamericano, tendrán un último pulso en los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, un duelo con sabor a revancha.

Rojas, a sus 25 años de edad, es la fuerza dominante del salto triple femenino, campeona mundial en 2017 y 2019. No solo apunta a la medalla de oro olímpica, sino que también quiere destrozar el récord del mundo de 15,50 metros que estableció en 1995 la ucraniana Inessa Kravets: tiene entre ceja y ceja alcanzar los 16 metros.

«El límite es el cielo. No me quiero limitar y decir hasta dónde puedo llegar», dijo a la AFP la extrovertida atleta nacida en Caracas y criada en la ciudad costera de Puerto La Cruz.

Con registro tope de 15,43 metros, la venezolana roza la plusmarca de Kravets.

Ya tiene el récord mundial bajo techo desde el año pasado, precisamente con ese 15,43, dejando atrás el salto de 15,36 de la rusa Tatiana Lebedeva, que había estado vigente desde 2004.

Por su parte, a los 35 años de edad, Ibargüen es todavía la campeona olímpica, la reina mundial destronada por Rojas que busca en Tokio-2020 un canto de cisne.

«Hasta el final de mi fabulosa carrera deportiva, independientemente del resultado, lo disfrutaré», expresó en un comunicado la antioqueña cuando aplazó su retiro un año por la reprogramación de los Juegos Olímpicos a causa de la pandemia de covid-19.

Ibargüen ha debido luchar contra lesiones como una fascitis plantar en el pie derecho que la obligó a pasar por el quirófano en agosto de 2019.

«Satisfecha y feliz»

Caterine Ibargüen ganó el oro en Río-2016 con marca de 15,17 metros, mientras que Yulimar Rojas se quedó con la presea de plata (14,98) y la kazaja Olga Rypakova con la de bronce (14,74).

«Era en Río de Janeiro la novata. Yo estaba emocionada porque iba a competir contra grandes atletas e iba a representar a Venezuela», rememora Rojas. «No dejo de estar emocionada y ansiosa, pero sé que esta vez el oro olímpico me está esperando», agrega.

Llega, de hecho, como la indiscutible favorita con las mejores marcas de 2019, 2020 y 2021.

El simbólico cambio de guardia entre la nueva monarca y la vieja se produjo cuando Rojas ganó su primer campeonato mundial a costa de Ibargüen.

«Yulimar está superjoven, puede llevar la batuta y llegar muy lejos. Puede seguir reinando por muchos años», declaró entonces Ibargüen, a quien Rojas, a su vez, considera «un ejemplo y una inspiración para todas las mujeres».

Ibargüen cambió el año pasado de entrenador, al contratar al brasileño Nelio Alfano Moura en lugar del cubano Ubaldo Duany, quien la dirigió durante 14 años.

Rojas trabaja desde 2015 con el mito cubano Iván Pedroso.

Ambas se reencontraron el 28 de mayo en la reunión de Doha de la Liga de Diamante.

La venezolana ganó con comodidad esta prueba, con un salto de 15,15 metros. Compartieron el podio, aunque lejos de ella, las jamaicanas Kimberly Williams (14,69) y Shanieka Ricketts (14,98).

Ibargüen, en su reaparición en las pistas de atletismo después de meses de ausencia, ocupó el octavo lugar (13,86).

«Estoy satisfecha y feliz con el resultado. Estamos en la buena vía y me siento bien físicamente. Estoy contenta por dejar huella en Doha y cuando lleguen los Juegos Olímpicos trataré de quedarme con la medalla de oro», declaró Rojas.


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