El duelo en la distancia que mantienen el serbio Novak Djokovic y el español Rafa Nadal en Roland Garros vivió el primer capítulo. Jugaron los dos porque el número 1 del mundo pidió que se avanzara su partido. Y los dos debutaron por la vía rápida, como si quisieran guardar fuerzas.

La final prometida, por la que suspiran los aficionados, empezó a fabricarse. Djokovic no tembló para superar al polaco Hubert Hurkacz por 6-4, 6-2 y 6-2 en poco más de hora y media de partido.

Media hora más necesitó Nadal para ganar al alemán Yannick Hanfmann, procedente de la fase previa, por 6-2, 6-1 y 6-3.

El serbio, ganador de 2016, que persigue encadenar los cuatro grandes, pidió a los organizadores que avanzaran un día su debut para disfrutar de una joranda suplementaria de reposo luego de su primer compromiso.

«Estoy muy contento de mi juego. En un torneo así hay que saber encontrar el equilibrio entre entrenamientos y partidos. Tengo grandes ambiciones en este torneo, pero por ahora debo concentrarme en el próximo partido», dijo el serbio.

Se auguraba un estreno más difícil para el número 1 del ránking. Hurkacz venía con la vitola de haber derrotado esta temporada a Thiem, Nishikori, Pouille y Shapovalov y, aunque la tierra batida no es su superficie favorita, el número 43 del mundo había alcanzado los octavos en Madrid.

El próximo rival de Djokovic será el suizo Henri Laaksonen, rescatado de la fase previa, que derrotó en primera ronda al español Pedro Martínez, también clasificado, por 6-1, 6-0, 7-6(4).

Nadal no sabe lo que es perder en un debut sobre tierra batida. Firmó su centésimo triunfo en otros tantos torneos sobre la superficie en la que ha cimentado su leyenda.

En la edición en la que aspira a revalidar el título y sumar su duodécima corona en París, Nadal apenas tuvo que emplearse en su debut frente a un alemán, 184 del mundo con 27 años, que solo en el primer juego pareció un rival serio, antes de derrumbarse ante la solidez del español.

Hanfmann es un tenista poco ortodoxo. Nació con una deficiencia auditiva, que todavía arrastra, por lo que pide a los árbitros que eleven el tono a la hora de señalar la faltas.

Tras terminar la secundaria, dudó entre seguir con el tenis o lanzarse a una carrera estadounidense. Optó por la segunda opción e ingresó en los Trojans de California del Sur, un club universitario, donde consiguió dos títulos y un diploma de relaciones internacionales.

Nadal parece haber dejado atrás el bache anímico y de juego que sufrió tras la lesión que le obligó a retirarse en marzo pasado en semifinales de Indian Wells ante el suizo Roger Federer.

Su siguiente rival será el también germano Yannick Maden, otro tenista surgido de la fase previa, 115 del mundo a sus 29 años, debutante también en el cuadro final de RolandGarros, que venció por 7-6(0), 7-5 y 6-3 al belga Kimmer Coppejans, también clasificado.


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