Padrón no hit no run
Foto Archivo

11:02 pm. Miércoles 7 de febrero de 2024 y, en el LoanDepot Park de Miami, el lanzador tachirense Ángel Padrón, de 27 años de edad, celebra con alegría en la lomita. Brinca contento junto a sus compañeros de los Tiburones de La Guaria: acababa de lograr el segundo no hit no run en la historia de la Serie del Caribe. La hazaña la logró 72 años después de que Tommy Fine, 62 ediciones antes, hiciera lo mismo para los Rojos del Habana el 21 de febrero de 1952.

“Cuando se hizo el out me lo creí y me dije: ‘Guao, soy historia’. Gracias a Dios lo hice”, comentó Padrón sobre el no hit no run en declaraciones para la MLB. En ese momento, que no puede describir con palabras, lo único que quería era llorar.

Antes del partido, en el que Venezuela venció 0-9 a los Gigantes de Rivas, de Nicaragua, el pitcher recibió la noticia de que era el encargado de abrir. Luis Martínez, lanzador de 29 años de edad, sentía un poco de dolor y le tocó a Padrón asumir la responsabilidad. Eso fue lo más difícil, reconoció. Estaba mentalizado en relevar, estar en el bullpen para cualquier situación.

“Creo que tuve que cambiar el chip rápido. Me dijeron que iba de dos a tres, máximo cuatro innings. Cuando te dicen así, uno se mentaliza para esos innings. Pero a medida que el juego iba avanzando, veía que tenía pocos picheos. Entonces ahí fue que me dije que me enfocara hasta que el manager me dijera que ya”, contó el tachirense.

Fue en el cuarto inning cuando vio la pizarra y notó que tenía un juego perfecto. No dejó que eso lo pusiera nervioso, confiesa. Intentó mantener la calma, no pensar mucho en eso y concentrarse: solo así impediría que le ganaran las emociones. Así lo hizo.

Se enfocó picheo por picheo, bateador por bateador, inning por inning. En un momento sí pensó que podría lograr el no hit no run, así que se concentró en alcanzar el hito. “Gracias a Dios se logró”, expresó.

Mantuvo el juego perfecto hasta la parte alta del octavo inning, acumulando 88 lanzamientos y cuatro ponches. “Me dije en mi mente: ‘Si paso esto, es porque viene algo muy bonito. Y fue así, gracias a Dios”, concluyó.


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