de Serena
Foto Archivo

Serena Williams cierra el telón. Ha sido la tenista más dominante de los últimos 20 años, dentro y fuera de la pista. Tiene una fortuna valorada por Forbes en 260 millones de dólares y es la única deportista incluida en la lista de las 100 mujeres más ricas del mundo. Su empresa, Serena Ventures, cuenta con un porfolio de 60 compañías. Criptomonedas, alimentación, psicología, franquicias deportivas. Así invierte la leyenda estadounidense.

Con su carisma ha cambiado la historia del tenis. Rompió barreras sociales y deportivas y de la humilde ciudad californiana de Compton llegó al techo del mundo. Dejará el tenis con 23 grandes y 73 títulos. A su innato talento deportivo añade el olfato para los negocios, siendo una de las personalidades más codiciadas por las marcas incluso en un período en el que ha estado lejos de las pistas.

Ella misma dibujó junto con Nike, la firma que le acompañó durante la mayoría de sus éxitos deportivos, una equipación especial con cientos de diamantes y unos zapatos con detalles en oro de 1.5 quilates con la escrita Reina, Mamá y las iniciales SW. Prendas y zapatos especiales para afrontar el que será el último Abierto de Estados Unidos de su carrera, según sugirió en una reciente entrevista.

A los 40 años de edad, ofreció el último miércoles una nueva muestra de su incansable espíritu competitivo, regalándose una extraordinaria victoria contra Anett Kontaveit. Serena no quiere hablar de retirada, sino de evolución, un proceso que le verá dedicarse a su familia, a su hija Olympia, de 5 años, y a Serena Ventures.

Sus empresas valen más de 1.000 millones

Tres cuartos de las empresas en las que invierte Serena son fundadas por mujeres o personas de color, según datos oficiales. La leyenda estadounidense reconoció recientemente que le gusta perseguir unicornios, al referirse a su voluntad de salir del carril y no homologarse.

Así, invirtió en Zigazoo, la red social más grande del mundo para los niños; en Nestcoin, activa en el ámbito de las criptomonedas; Infinite Objects, especializada en Token No Fungibles (NFT), Esusu, una consultoría que ayuda a mejorar el crédito; y también en productos cárnicos elaborados a base de plantas Impossible Foods.

Su portafolio de empresas tiene un valor que el Wall Street Journal estimó recientemente en más de 1.000 millones de dólares y la gestión de estas inversiones ya forma parte habitual de la vida y la fortuna de Serena.

«Me despierto y me voy a la oficina. Ahora que todo es digital, simplemente me siento y contesto a llamadas todo el día. Cuando Olympia se va al colegio, yo me voy al trabajo», contaba en una reciente entrevista con el Wall Street Journal.

La fuerza de las ideas

76% de las empresas de Serena Ventures pertenecen a dueños y fundadores que «no cuentan con adecuada representación». 52% de estas empresas pertenecen a mujeres, 47% a personas de color y 12% a empresarios latinos, según datos facilitados por Serena Ventures.

«Me gusta invertir en empresas que tienen fundadores creíbles. Se trata del fundador, de si nos gusta la empresa, si el fundador tiene una buena historia y de la razón por la que eligió ese negocio», afirmó Serena en una reciente entrevista.

Siempre atenta a las oportunidades de negocios, Serena también formó parte recientemente junto con el piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton del grupo de inversionistas que presentaron ofertas para adquirir el Chelsea, club de la Premier League inglesa.

La estadounidense apoyó la oferta del consorcio liderado por Martin Broughton, expresidente del Liverpool y de la aerolínea British Airways. Puso  en la mesa cerca de 12 millones de euros, aunque finalmente el club inglés recaló en las manos de Todd Boehly, copropietario de la franquicia de Grandes Ligas de beisbol Dodgers de Los Ángeles.

Sin embargo, cuenta con cuotas de los Miami Dolphins, de la NFL, y del Angel City, equipo de fútbol femenino de la NWSL.

Compromiso benéfico

Más allá de los negocios, Serena siempre dedicó importantes esfuerzos y donaciones a actividades benéficas. Es además embajadora de Unicef y fundando dos colegios en Kenia, en 2008 y en 2010.

A eso añadió habituales visitas a colegios y comunidades de bajos recursos económicos para compartir su experiencia y apoyar a los jóvenes que crecen en ambientes considerados de alto riesgo.

Durante la pandemia del coronavirus, Serena también dio su aportación para facilitar mascarillas a las personas con menos recursos.

«Soy supercompetitiva, veo esto como un bonus. No tengo nada que demostrar, no tengo nada más que ganar. No tengo absolutamente nada que perder. Honestamente, no jugaba en estas condiciones desde 1998″, afirmaba Serena tras su última victoria frente a Kontaveit.

Se ganó el lujo de competir por pasión hacia el deporte y lo dejará como una leyenda.


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