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Alfonso Carrasquel / Archivo

Alfonso Carrasquel, uno de los peloteros más populares en la historia del beisbol venezolano, primera figura indiscutible que tuvo la expedición nativa en las Grandes Ligas, cumple 70 años como bigleaguer este sábado 18 de abril.

Únicamente su tío Patón Carrasquel y el legendario artillero Chucho Ramos llegaron a las Mayores antes que el Chico. Pero fue el shortstop caraqueño el primer astro indiscutible, figura inolvidable que hasta hoy es recordado como el iniciador de una dinastía de campocortos que ha enaltecido la embajada nacional en la MLB.

Él abrió la brecha que después recorrieron Luis Aparicio, David Concepción, Enzo Hernández, Oswaldo Guillén, Omar Vizquel, Alex González, César Iztúris, Asdrúbal Cabrera, Freddy Galvis y tantos más que siguen pidiendo espacio.

Carrasquel llegó a la Gran Carpa luego de apenas disputar una temporada en las Ligas Menores con los Dodgers de Brooklyn. Branch Rickey, el gerente general tan celebrado por atreverse a romper la barrera racial en 1947, dándole a Jackie Robinson la oportunidad de jugar en la Gran Carpa, vendió su contrato a los Medias Blancas. Y se arrepentiría por ello.

Sucesor de Luke Appling

El infielder criollo, que ya había brillado en la naciente LVBP con el Cervecería Caracas, se convertiría de inmediato en figura.

No solo reemplazó al inmortal Luke Appling, que contaba por entonces 43 años de edad y estaba a punto de pasar al retiro. Además, en 1951 ya era el torpedero titular del Juego de Estrellas por votación popular, superando al mismísimo Phil Rizzutto, campocorto de los Yanquis de Nueva York y Jugador Más Valioso defensor en las Liga Americana.

Fue Carrasquel el primer jugador hispanoamericano en disputar el clásico estelar de mitad de campaña. También fue el primero en dar un hit en ese tipo de choques. En un tiempo de terrenos difíciles para el fildeo, en que se usaban guantes duros y pequeños, impuso récords defensivos y ganó la admiración de todos.

La carrera del capitalino resultó corta, en comparación con lo que luego recorrerían Aparicio, Concepción o Vizquel. En 1956 fue cambiado a los Indios de Cleveland, para abrir lugar al propio Aparicio, y el 23 de septiembre de 1959 disputó su último encuentro arriba, con los Orioles de Baltimore.

Su fama perduraría. Durante casi dos décadas mantuvo los récords de 53 juegos consecutivos y 297 chances corridos sin cometer errores, que Don Kessinger le arrebataría en 1969.

Chicago, Carrasquel y Aparicio

El último aporte de Carrasquel a la Ciudad de los Vientos, antes de irse a jugar en Cleveland, fue servir de puente para conseguir la firma de su célebre sucesor. Aparicio tomó su lugar en las paradas cortas del viejo Comiskey Park, pero su nombre siguió vinculado a la franquicia.

Trabajó durante años en las transmisiones radiales en español de los patiblancos, ya retirado. Prácticamente hasta su muerte, ocurrida en 2005, fue una presencia bienvenida en el nuevo estadio de su primera divisa.


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