FVF
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Es común escuchar en el discurso dirigencial de la FVF (Federación Venezolana de Fútbol) que la misión es Qatar 2022. En la palabra suena muy bien, pero el trecho que hoy existe con las acciones, es abismal.

Evidentemente para alcanzar semejante logro en el fútbol venezolano, se necesita un plan con ideas sólidas. Sin él, pensar en épicas es un escenario ingenuo.

Sin embargo, durante años esa retórica solo ha sido materia prima para grandes discursos y no para crear los cimientos que de verdad perduren en el tiempo en el balompié nacional.

Partir de la idea de que la selección siempre necesita a un hombre que apague fuegos en momentos muy determinados y no de una figura que encumbre postulados a largo plazo, ha traído a nuestro fútbol un distanciamiento con la realidad.

Entonces es cuando en toda esta discusión aparece en la FVF un nombre como el de Jorge Sampaoli, al que toda una oleada de informaciones coloca muy cerca del banquillo criollo.

¿A qué viene?

Sus capacidades como DT no son tema de cuestionamientos. Es un hombre capaz y apegado a sus formas; con una trayectoria en su haber difícil de esconder.

¿Estilo? No le falta, más bien le sobra, ¿Personalidad? La tiene y con la selección chilena lo demostró. La interrogante real que se agiganta en este escenario es ¿A qué vendría a Venezuela?

El debate no solo debe reducirse a la masa salarial que exige el DT, que supera los 3 millones de dólares, sino en elevarlo a la altura que corresponde.

Lo que el aficionado venezolano quiere saber es cuál es el objetivo con una figura de talla mundial como esa: Si apagar el fuego por la ausencia de un entrenador para las eliminatorias o aspirar a darle al fútbol venezolano el salto sostenido que merece.

De ser la primera, estaríamos repitiendo el mismo circulo vicioso que tiene a Venezuela como el único país que no ha disfrutado de una Copa Mundial de mayores.

No obstante, de ser la segunda, habrían razones suficientes para confiar en que los resultados a largo plazo se darán, porque una línea de trabajo las sostendrá.

El inmediatismo

El fútbol es resultado, al final del día. Eso es una realidad. Sin resultados positivos los procesos tienden a tambalear.

Pero, pese a ese argumento, en Venezuela el seguidor y el dirigente debe entender que la realidad actual no desaparecerá, si no vamos al fondo del foso y trabajamos con botas de verdad.

Ejemplos sobran y de ellos es que se tienen que partir. En Europa países como Alemania han sostenido su evolución por pensar en el mañana sin descuidar el hoy.

Mientras que en el pasado venezolano la equivocación nos llevó a pensar en el hoy y que ese hoy nublara el mañana.

El antecedente

Jorge Sampaoli tiene un antecedente que se asemeja a lo que escrito anteriormente y lo protagonizó con la selección chilena.

En ella cumplió esas variables hoy imperantes y necesarias en la Vinotinto. No llegó a Chile solo como un apagafuegos, sino que su rol se basó en ser el puente que esa generación aspiraba a llegar a las victorias.

Es por ello que valdría la pena contar con su capacidad, si el plan de la FVF con él es verse en el espejo chileno.

De lo contrario, sería llover sobre mojado y lapidar sobre errores que terminarán por traer como resultado su salida sin ton ni son de nuestro elenco nacional.

La pelota queda en manos de los dirigentes de la FVF. Es de ellos la responsabilidad de eliminar las alcabalas de improvisaciones que tienen al fútbol nacional apegado a esa frase de: “lo que puede ser y no es”.


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