Gerardo Parra contribuyó con un hit en la victoria decisiva de los Nacionales ante San Luis / Archivo

Washington, ese equipo que en mayo lucía desenfocado, con récord negativo y al borde del despido de su manager Dave Martínez, es hoy protagonista en los playoffs de las Grandes Ligas. Y para Gerardo Parra , testigo y en parte corresponsable de ese cambio, todo ha sido una cuestión de actitud.

El patrullero zuliano se incorporó a los Nacionales el 10 de aquel mes, tras firmar como agente libre. Había sido puesto a un lado por los Gigantes y vivía una temporada tan negativa como el récord de 14-22 que tenían los capitalinos, su nueva escuadra. Y todo cambió de golpe. Para el club y para él.

“No puedo decir que fue por mí, todo el mundo puso un granito de arena”, declaró Parra, cuyos Nats avanzaron este martes a la Serie Divisional, al derrotar en emocionante duelo a los Cerveceros, en el juego de los comodines.

“Cuando llegué, vi a un equipo con la cabeza abajo. El primer día me senté en el locker y me dije: ‘Tenemos un equipazo. ¿Qué está pasando?’. No había disfrute del juego en ese momento”, contó.

El nativo de Santa Bárbara se hizo notar muy pronto. En su segundo encuentro dio un Grand Slam y mostraba un average de .400 después de 10 días a bordo. Pero aún no llegaba el punto de inflexión.

Para el 23 de mayo, Washington había perdido nueve veces más en 14 encuentros. Entonces, la situación dio un giro. Y todo cambió.

“Lo único que hice fue tratar de disfrutar el juego, estar relajado”, relató el toletero zurdo, en declaraciones ofrecidas a la afición venezolana, a través de su agencia de prensa Cárdenas Sports Media.

“Eso fue una parte fundamental de lo que le cambió la cara al equipo. Todos pusimos el granito de arena y fue algo increíble”, resaltó.

Los Nacionales tienen marca de 80-47 desde que Gerardo Parra es miembro de la divisa. Eso incluye el triunfo sobre los Cerveceros este martes, viniendo de atrás, que les metió en la Serie Divisional.

“Estoy feliz”, admitió. No fue nada fácil, pero gracias a Dios las cosas salieron bien. A la ofensiva fue un año poco común para mí, pero siempre las cosas pasan por un bien. Estoy agradecido con San Francisco, por haberme dado la oportunidad al inicio del año. Y tengo mucho que agradecerle a Dios, por estar ahora en una nueva postemporada. Mientras esté uniformado, mientras esté saludable y jugando beisbol, siempre será un año exitoso”.

Parra dejó promedios de .198/.278/.267 con los Gigantes, pero mejoró con su nuevo uniforme, al poner una línea de .250/.300/.447 con los capitalinos.

Su capacidad para defender las tres praderas exteriores con la seguridad que le ha llevado a ganar dos veces el Guante de Oro se unió a las explosiones que de cuando en cuando ocurrían con el madero. Largó siete hits en sus últimos nueve turnos, con dos dobles y dos jonrones, incluyendo otro Grand Slam.

Una fiesta en el estadio

Pero la huella más marcada del zuliano estuvo en la inspiración que causó alrededor, una vez que, a su actitud positiva, unió la feliz idea de hacer sonar en el estadio una canción infantil cada vez que iba a batear.

Hoy, los aficionados asisten al parque con pequeños tiburones, bailan en sus asientos y festejan con él. Baby Shark suena también cuando Gerardo Parra da un estacazo clave, y tras sus cuadrangulares puede vérsele moviendo el cuerpo junto a sus compañeros, en la cueva.

“Lo de la canción fue algo increíble”, admitió. “Llegué un día al estadio con la idea de cambiar la música que tenía para batear. Y cada vez que iba a buscar una canción, empezaba a sonar Baby Shark, porque ese día, en la mañana, mis niños estaban escuchándola. Al ver que siempre caía en esa canción, le dije al muchacho del sonido que esa era la que quería».

«De la noche a la mañana fue un boom. Impresionante. Ha ayudado a que haya energía y muy buena vibra, pero lo más importante es que ha llamado la atención, los niños están asistiendo más a los juegos y eso para mí es fundamental: ver a un niño feliz y que todos los fanáticos están disfrutando. No fue planeado, pero estoy contento y orgulloso que haya traído tan buena vibra para el equipo y la afición”, apuntó.

Es esa la disposición que, piensa, requieren para seguir avanzando en octubre.

“Empezar los playoffs encendidos es muy importante para mí y para el equipo”, dijo Gerardo Parra . “Tenemos fe en Dios, creemos en nosotros y confiamos en lo que podemos hacer. No nos confiamos ante nadie y en una postemporada pueden pasar cosas que nadie espera. Trataremos de seguir jugando el beisbol pequeño que hemos venido jugando y esperamos que las cosas sigan saliendo así”.

El martes salieron bien. Ahora les toca encarar a los Dodgers.


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