La paciencia es una virtud. Ciertamente, elegir el momento indicado con estoicismo puede resultar una habilidad valiosa en el beisbol. Bob Abreu curó el arte de acechar lanzamientos y, aunque todavía no se puede comparar con el Comedulce, Odúbel Herrera comienza entender la ciencia de la espera.En sus 16 primeros juegos ya ha conseguido 15 boletos. Aunque la cantidad de bases por bolas no impacta a la vista somera, sí es relevante si se compara con las 28 que consiguió en los 147 careos en los que participó el año pasado.Otro guarismo revelador son los 129 ponches del 2015, el segundo mayor número de los Filis de Filadelfia luego de los 138 de Ryan Howard. La diferencia entre ambos peloteros es que se supone que Herrera debe ser un bateador de contacto, muy diferente al inicialista, quien debería vivir de su fuerza.?Fueron demasiados (ponches) para un muchacho pequeño como yo?, le dijo el jardinero central de los cuáqueros al Philly Voice. ?Poncharme no me gusta en lo absoluto, así que lo que quiero es poner la bola en juego y llegar a la base?.La manera elegida por Herrera fue no atacar los lanzamientos fuera de la zona de strike. El año pasado 35.4% de sus swings fueron dedicados a pitcheos en bola, esta temporada dicha tendencia ha bajado a 24.1%, según el portal fangraphs.com.El cambio de enfoque ubica a El Torito entre uno de los patrulleros centrales más selectivos de las mayores, muy lejos de Marcel Ozuna (Marlins), cuyas 40.2% de sus embestidas con el madero son para envíos que no son buenos. ?Esto es solo el comienzo. Espero seguir tratando de ser más disciplinado y paciente porque, sin duda, me va a ayudar en el camino?, expresó Herrera.


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