Daniil Medvedev
AFP

El tenista ruso Daniil Medvedev, exnúmero uno mundial, venció este domingo a la promesa italiana Jannik Sinner y alzó su primer trofeo del Masters 1000 de Miami, el cuarto título de su monumental inicio de temporada.

Medvedev se impuso a Sinner por 7-5 y 6-3 en 94 minutos de juego en la quinta final que disputaba consecutivamente desde febrero.

El tenista de Moscú ha ganado 24 de sus últimos 25 partidos, con una única derrota en la final del pasado Masters 1000 de Indian Wells ante el español Carlos Alcaraz, a quien sucedió este domingo en el palmarés de campeones de Miami.

«Estoy muy contento. Es el mejor comienzo de temporada que he tenido nunca». Así lo expresó ante los medios Medvedev, también ganador este año en Rotterdam, Doha y Dubai.

Triunfo de Medvedev

Maestro del tenis en pista dura, Medvedev ha alzado 18 de sus 19 trofeos de la ATP en esa superficie y, con su ansiada primera corona de Miami en las manos, no pudo evitar lanzar un último reproche a la organización de Indian Wells, cuya pista criticó duramente por ser demasiado lenta.

«Esta es una cancha dura de verdad. Me hizo muy feliz jugar aquí», afirmó el quinto posicionado del ranking mundial. «Si fuera mi elección, solo existirían pistas duras, pero entiendo perfectamente que eso no es justo».

Del otro lado, Sinner, undécimo del ranking, llegaba a su segunda final de Miami con la confianza al máximo tras un memorable triunfo en semifinales ante Alcaraz.

El italiano arruinó los planes del prodigio español de firmar un histórico doblete de triunfos Masters 1000 y de conservar el número uno de la ATP, que el lunes regresará a las manos de Novak Djokovic, ausente en la gira estadounidense por su rechazo a la vacuna contra el coronavirus.

Pero Sinner se estrelló el domingo con un Medvedev en estado de gracia y encajó su segunda derrota en finales de Masters 1000 tras la que le asestó el polaco Hubert Hurkacz en el mismo escenario en 2021.

«Hace dos años jugué aquí la final y no gané. Este año tampoco, pero ojalá que algún año lo consiga», dijo un abatido Sinner, que dijo haber sufrido algunos problemas físicos que le impidieron rendir a su máximo nivel.

«Esta mañana no me he levantado en mi mejor forma, me sentía un poco enfermo», explicó en la rueda de prensa. «No estaba tan mal como para retirarme. Pero con el calor, cuando corres mucho, cada vez va a peor».

«Pero no quiero quitarle nada a Daniil. Sirvió de forma increíble y fue muy valiente hoy. Obviamente es uno de los mejores jugadores del mundo», admitió.

Falta de energías

Medvedev, que ya había batido a Sinner en sus cinco enfrentamientos anteriores, desplegó desde el principio su demoledora combinación de feroz servicio y defensa implacable.

El ruso, de 27 años, prevaleció en un largo e igualado primer set, con intercambios de hasta 26 golpes, en el que Sinner llegó a ser el primero en quebrar para avanzarse 2-3.

Medvedev no dejó que su rival se escapara y le devolvió rápidamente el ‘break’ para finiquitar el set justo a tiempo de evitar el ‘tiebreak’.

Fue un duro golpe anímico para un Sinner que además iba quedándose sin energías tras la batalla de tres horas que sostuvo 36 horas antes frente a Alcaraz.

El espigado tenista trató de reactivarse con una pastilla que le proporcionó el médico pero, después de perder sus dos primeros juegos al servicio, entregó el segundo set fundido bajo el extenuante calor y humedad del mediodía de Miami (Florida).

«Todo el mundo disfrutó con la semifinal contra Carlos. Fue increíble», le reconoció Medvedev. «Probablemente tuve un poco de suerte porque ya estaba en la cama viéndote correr por todas partes. No es fácil recuperarse después de un partido así».

El tenista forjado en las montañas de San Cándido, junto a la frontera entre Italia y Austria, es una de las grandes esperanzas del tenis masculino para el relevo del ‘Big 3’ (Federer, Nadal, Djokovic) pero a sus 21 años no ha confirmado su potencial levantando un gran trofeo.

Medvedev, en cambio, ha resurgido después de que a su primer título de Grand Slam (Abierto de Estados Unidos de 2021) le siguiera un muy decepcionante 2022.

Tras tropezar en tercera ronda del Abierto de Australia en enero, el ruso puso la directa y culminó el domingo su racha con su quinto título de Masters 1000, el primero desde Toronto en 2021.

«Hacía año y medio que no ganaba un título tan importante. Al final estaba bastante tembloroso», reconoció.

«No, no tengo miedo a ganar, pero aun así las manos me temblaban un poco, así que el saque fue un poco más duro, pero conseguí recomponerme y cerrar el partido», se felicitó Medvedev, quien ahora pasará a competir en superficies mucho menos favorables.

«Ahora empieza la temporada de tierra batida, a ver cómo te va allí». De esta manera le recordó el propio Sinner en la ceremonia de premios.

 


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