La estadounidense Martina Navratilova, ganadora de 59 títulos de Grand Slam, aseguró que la cancelación de Wimbledon «es una oportunidad perdida» para los jugadores, especialmente los veteranos como Roger Federer o Serena Williams, y que si estuviera en su situación se «volvería loca por no poder jugar».

«Solo la guerra impidió que se celebren torneos importantes, ahora tenemos esta pandemia y para jugadores como Roger Federer y, por supuesto, Serena Williams, es tiempo perdido. Particularmente para Serena, ya que Wimbledon es su mejor oportunidad para superar el récord de Margaret Court. Ella está estancada en el 23 e intenta llegar al 24, tal vez al 25. Es una oportunidad perdida cuando te vas haciendo mayor. Si estuviera en esa posición me volvería loca por no poder jugar», dijo en una entrevista con Laureus.com.

Miembro de la Academia Laureus, Navratilova está confinada en su casa en Florida y mostró su frustración por no poder acudir a Wimbledon por primera vez desde 1973, un torneo con el que siempre tuvo «un romance» y que para ella «trasciende al tenis y trasciende al deporte”.

«Todo el mundo está en el mismo barco, pero para los veteranos jugadores como Roger e incluso Rafael Nadal y, en particular, Serena Williams, es más difícil, no hay duda. Me compadezco de ellos, porque este es un enemigo que no se puede rehabilitar, no se puede combatir, solo se espera que desaparezca y podamos jugar el año que viene», afirmó.

Para Navratilova, la situación actual también permite darse cuenta «de lo que supone el deporte, un lujo, y de la gran suerte de jugar» para ganarse la vida. «Pero todo el mundo lo echa de menos, sigue siendo una gran parte del tejido de nuestras vidas», apuntó.

Navratilova es miembro de la Academia Laureus

Como miembro de la Academia Laureus, que en los últimos 20 años ayudó a casi 6 millones de niños y jóvenes con más de 200 programas y una recaudación superior a los 150 millones €, Navratilova mostró su preocupación por la influencia de la situación en programas que ayudan a «competir, jugar, socializar e incluso obtener una educación segura en un espacio seguro que no pueden conseguir, por cualquier razón, con su familia o su vecindario o su país”.

Orgullosa de haber intervenido en iniciativas como una en un barrio marginal a las afueras de Nairobi: «Donde no puedes imaginar las condiciones”, dijo. Navratilova destacó que hay 10.000 niños que están jugando al fútbol, cuidando su educación, su salud, su bienestar, recibiendo consejos sobre el VIH-sida. «A lo que ahora se añade el coronavirus, y el distanciamiento social en lugares donde la gente está concentrada en 10 o 20 metros cuadrados, esto es difícil”, agregó.

«Esta pandemia que está golpeando a Europa, que está golpeando a América, realmente no ha entrado en África y Asia, que están detrás de la curva y ahora, ¿cómo van a lidiar con eso?, ¿cómo les ayudaremos?. Quizás Laureus pueda encontrar una manera de adelantarse a la curva porque esa ola se acerca y todos estos proyectos se verán afectados de una manera mucho más grande», auguró.

Pese a admitir que «el sufrimiento es abrumador» en esta pandemia, que reflejó más «el abismo entre las personas» por el nivel socioeconómico, Navratilova confió en «encontrar una forma de salir de esto sin que sufra mucha gente».

«Mi corazón está con todas las personas que están afectadas de una manera tan dura. A todos los niños y adultos que se han visto afectados por esto en los proyectos de Laureus les digo: Aguanta, las cosas mejorarán, saldremos de esto», expresó.


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