El corredor etíope Birhanu Legese y la israelí de origen keniano Lonah Chemtai se adjudicaron el maratón de Tokio de este año, que estuvo restringido en público y en participantes por las medidas extraordinarias aplicadas a causa del Covid-19.

Legese, de 25 años de edad, hizo un tiempo de 2 h 04 min 15 s, cerca de tres minutos del récord mundial del keniano Eliud Kipchoge y a dos minutos de su récord personal (2 h 02 min 48 s), una marca que en el año pasado le permitió ganar el oro en la anterior edición del maratón de Tokio.

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Detrás del etíope quedó el corredor belga de origen somalí Bashir Abdi, de 31 años de edad, a 34 segundos del ganador, y el tercer lugar fue para el etíope Sisay Lemma, de 39 años, a 36 segundos.

Legese y Lemma partían como favoritos y, de hecho, desde el kilómetro 30 venían ocupando dos de las tres primeras posiciones de la carrera disputada por la capital japonesa.

Chemtai en la rama femenina

En mujeres, el oro fue para la corredora israelí de origen keniano Lonah Chemtai, de 31 años de edad, que hizo un tiempo de 2 h 17 min 45 s, a más de tres minutos del actual récord mundial, que desde el año pasado mantiene la keniana Brigid Kosgei.

A Chemtai, que llegó a la meta luciendo una amplia sonrisa, la siguió la etíope Birhane Dibaba, de 26 años de edad, a 50 segundos, y la medalla de bronce fue para la también etíope Sutume Asefa, de 25 años, a 2 min 45 s de la ganadora.

En silla de ruedas, el ganador fue el japonés Tomoki Suzuki, que hizo un tiempo de 1 h 21 min 52 s, seguido de sus compatriotas Sho Watanabe (a 8 min 08 s) y Kota Hokinoue (a 8 min 12 s).

El cuarto lugar fue para un español, Jordi Madera, que llegó a 8 min 20 s de Suzuki.

En la categoría femenina de silla de ruedas, la victoria fue para la japonesa Tsubasa Kina, con un tiempo de 1 h 40 min 00 s, seguida de la australiana Christie Dawes, a 13 min 23 s, y de la japonesa Yurika Yasukawa, a 19 min 18 s.

Participación muy reducida

Hasta última hora la celebración de este maratón estaba en el aire debido a las medidas oficiales que se impusieron para evitar la propagación del Covid-19 en Japón, donde ha afectado a más de un millar de personas y ha habido una docena de muertos.

Las autoridades japonesas han venido pidiendo que se cancelen o aplacen actos deportivos y culturales masivos y, por ejemplo, los partidos de las tres divisiones del fútbol japonés han quedado postergados.

Los organizadores del maratón, sin embargo, optaron por seguir adelante con la prueba, pero impidiendo la participación de cerca de 38.000 corredores amateurs, y limitándola a alrededor de 300 atletas en todas las categorías. A su vez, le pidieron al público que evitara seguir la carrera.

Aún así, durante el recorrido se pudo ver a muchos espectadores que animaron el paso de los corredores y disfrutaron de la prueba deportiva y de una mañana soleada.


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