¿Es más difícil escalar el Kilimanjaro en sandalias o ganarle a Rafael Nadal en un partido al mejor de cinco sets? ¿Resulta más espinoso cruzar el Canal de la Mancha a nado y con un brazo atado o desmoralizar al español? Exageraciones al margen, ese es el desafío que enfrentará Diego Schwartzman.

El argentino de 27 años de edad y 21 del ranking mundial, tendrá esta noche uno de los retos más espinosos que un deportista profesional puede tener (más si la condición física y anímica del ganador de 18 Grand Slam es óptima, como se observa en Nueva York).

El Peque se medirá hoy con Nadal 2º del mundo, por los cuartos de final del US Open, en el segundo turno del estadio central el Arthur Ashe.

El ganador se medirá en las semifinales con el triunfador de Matteo Berrettini (24º; Italia) vs. Gael Monfils (13º; Francia).

El historial entre Nadal y Schwartzman muestra un registro favor del europeo: 7-0. Sin embargo, no todos los partidos fueron con ventajas amplias para el mejor jugador de la historia sobre superficie lenta. De hecho, hay situaciones y detalles de, al menos tres encuentros, que el bonaerense podrá tomar y analizar para tratar de repetir la estrategia efectiva.

Los octavos de final del Abierto de Australia 2018 marcaron, un antes y un después. En Melbourne, el jugador entrenado por Juan Ignacio Chela y Leo Olguín le hizo daño al rey de Roland Garros.

Perdió por 6-3, 6-7 [4-7], 6-3 y 6-3, en 3h51m , pero llevó al español al límite físico y tenístico. Tanto fue así, que al partido siguiente, en los cuartos de final ante el croata Marin Cilic, el zurdo de Manacor se retiró en el quinto parcial, agotado y lesionado en la pierna derecha.

El Peque tiene en Nadal a uno de sus mayores referentes. Lo respeta, lo admira (como también a otro español, David Ferrer). Pero ya no le teme, ni se deja intimidar por su artillería de recursos de gladiador.

Ese duelo en Australia fue muy valioso para la confianza del argentino. Contra Nadal siempre vuelven dos, cuatro, seis pelotas más de la media. Para ponerlo en aprietos hay que sostener una alta intensidad y agresividad durante todo el partido y eso hizo, en buena medida y entre otras cosas, Schwartzman.

El Peque le generó a Nadal 18 chances de quiebre, pero solo concretó tres. Rafa, al contrario, le provocó la misma cantidad de breaks points, pero le quebró el saque en siete oportunidades. Allí estuvo una de las diferencias que terminaron sosteniendo el invicto del español en el historial.

Pero hoy Schwartzman, uno de los devolvedores más efectivos del tour, deberá insistir, arriesgar y tratar de romperle el servicio a Nadal.

Será el segundo cuarto de final de Flushing Meadows para Schwartzman (en 2017 perdió con Pablo Carreño Busta), que ostenta una fabulosa condición atlética. Hoy deberá tratar de defender su servicio con dientes apretados.

El saque lo mejoró en los últimos tiempos, pero sigue siendo uno de sus golpes menos determinantes. Será fundamental, para el Peque, lograr porcentajes altos de efectividad, sobre todo con el primer servicio.

En cuanto dude, Nadal, se subirá encima de la pelota para tratar de incomodarlo desde la devolución y luego dominar con su látigo. El revés cruzado de Schwartzman contra el drive de Nadal fue un duelo que sacó chispas en Australia 2018; seguramente será un ida y vuelta que se repetirá en el cemento neoyorquino.

Tendré que ser agresivo. Con esa clase de jugadores y en un Grand Slam hay que rendir más del cien por ciento. A cinco sets contra Rafa hay que tener una intensidad muy alta, todo el tiempo”, aventuró el argentino, exnúmero 11 del ranking. Para Schwartzman, Juan Mónaco es un ejemplo a seguir y amigo. Y, de cierta forma, heredó ese vínculo afectuoso que Pico posee con Nadal.

Schwartzman utilizó las instalaciones de la academia de Rafa en Mallorca para su preparación durante varias giras europeas. Pero hoy, no habrá concesiones.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!