Liga saudita
Foto Archivo

Después de un mercado con traspasos de gran impacto mediático, el inicio el viernes de la liga saudita de fútbol suscita un interés hasta ahora inédito por el torneo. También despertó críticas al país, acusado de querer mejorar su imagen gracias a este tipo de operaciones en el deporte.

Varios clubes sauditas lograron hacerse en las últimas semanas con grandes estrellas del fútbol mundial. Desde el francés Karim Benzema a los brasileños Fabinho o Roberto Firmino, pasando por el senegalés Sadio Mané. El precedente claro está en seis meses antes: el fichaje del portugués Cristiano Ronaldo por el Al Nassr, el pasado enero.

En julio, el Al Hilal llegó incluso a ofrecer 300 millones de euros (329 millones de dólares) para fichar al astro francés Kylian Mbappé. Sin embargo, la estrella del París Saint-Germain se negó a reunirse con los dirigentes de ese club.

«Arabia Saudita sueña con convertirse en la Premier League inglesa», explica Simon Chadwick, profesor de Economía del Deporte en la Skema Business School de París.

«La prensa le concede atención y algunos fans del fútbol se preguntan en qué cadena podrán seguir la Saudi Pro League», añade.

Apenas cinco años después de abrir sus fronteras a los turistas no musulmanes y autorizar a las mujeres poder conducir, Arabia Saudita intenta abrir su sociedad conservadora, cerrada durante mucho tiempo a las influencias procedentes del extranjero.

El mayor exportador mundial de petróleo destinó centenares de millones de dólares a ganar protagonismo en el deporte. El fichaje de Cristiano Ronaldo, el Gran Premio de Fórmula 1 en Yedá o el lucrativo circuito de golf LIV Series son algunos de los ejemplos del intento de la liga saudita.

 «El mercado ha cambiado»

Esas iniciativas forman parte de los grandes proyectos del príncipe heredero Mohammed Ben Salman, dirigidos a modernizar la economía saudita y a reducir su dependencia del petróleo.

El reino desea que «la brújula del fútbol profesional apunte hacia Medio Oriente y el mundo árabe», según Moqbel Al Zabni, redactor jefe del periódico Al Riyadiah.

La firma de la estrella Cristiano Ronaldo en enero por el Al Nassr atrajo ya las miradas de todo el mundo hacia la hasta entonces desconocida Saudi Pro League, como se le conoce a la liga saudita.

Arabia Saudita siguió ofreciendo salarios tentadores a otras figuras del fútbol, tanto «viejas glorias» como jugadores en plena progresión. También logró atraer a entrenadores para ensamblar las piezas.

«Trabajo en el deporte desde hace 40 años y nunca vi un proyecto tan grande y tan ambicioso», dijo a la BBC el británico Peter Hutton, que forma parte del Consejo de Administración de la liga saudita.

Pep Guardiola, el entrenador del Manchester City, afirmó que el campeonato saudita «cambió por completo el mercado» y vaticinó que otros jugadores seguirán esa tendencia.

«Esperar de cinco a diez años»

Los 18 clubes de la Saudi Pro League pueden tener ocho futbolistas extranjeros cada uno, por lo que el margen todavía es amplio.

Las inversiones realizadas también se interpretan como parte de una estrategia para desviar la atención sobre la situación de los derechos humanos en el país.

«La mayoría de titulares se centran en los fichajes de grandes jugadores en Arabia Saudita. No ven las largas penas de prisión con las que se castiga a activistas», declaró a la AFP un diplomático occidental que trabaja en Riad, bajo cobertura de anonimato.

Según el profesor Simon Chadwick, el fútbol saudita tiene todavía mucho camino por recorrer.

«Debemos probablemente esperar de cinco a diez años antes de determinar si se produce un cambio sostenible», estima.


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