El tenista español Carlos Alcaraz y el serbio Novak Djokovic pelearán este viernes por alcanzar la final de Roland Garros, segundo Grand Slam del año que se disputa sobre tierra batida en París. Será uno de los partidos más esperados de la temporada y abrirá las semifinales del cuadro masculino en el Philippe Chatrier.
La leyenda contra el aspirante. Djokovic, de 36 años, ganador de 22 grandes y 45 veces semifinalista, duodécima en la arcilla roja parisina, contra Alcaraz, de 20 y que solo ha pisado una vez esta ronda, en el US Open que ganó el año pasado. El murciano quiere cruzarse en el camino hacia la historia del de Belgrado y asegurarse también el número uno del mundo. Si Nole le derrota y conquista París, volverá al trono y saldrá reforzado de un duelo generacional entre seguramente el mayor exponente de la próxima era’ y uno de los más grandes.
Para los dos será su mayor examen hasta ahora en el torneo, donde las mejores sensaciones las ha dejado el de El Palmar. Sin embargo, el balcánico tiene a su favor su experiencia y su capacidad para crecerse en este tipo de escenarios.
Djokovic y Alcaraz se verán las caras por segunda vez en su carrera, más de un año después de su anterior, en las semifinales del Masters 1000 de Madrid de 2022. Ese año hubo victoria para el murciano en un largo partido a tres sets (6-7, 7-5, 7-6). Ahora, la situación es diferente, un encuentro al mejor cinco sets en la Philippe Chatrier. Alcaraz va más maduro y Djokovic va obligado a dar mucho más que en aquel día en un escenario donde tampoco es el mejor.
El serbio ya admitió tras clasificarse para las semifinales que este «es el partido que mucha gente quiere ver«. «Definitivamente, es el mayor desafío para mí hasta ahora en el torneo, pero si quieres ser el mejor, tienes que vencer a los mejores. Él es el rival a batir aquí», declaró ‘Nole’ que tiene el objetivo de su 23º grande para desempatar con el ausente Nadal (22).
«Desde el año pasado tenía muchas ganas de volver a jugar contra Novak. Los dos estamos jugando a un gran nivel y si quieres ser el mejor, tienes que vencer al mejor. Voy a disfrutarlo», replicó Alcaraz. El tenista espera que su juventud se imponga a la experiencia. «Pero será su 45 semifinal de Grand Slam, diría que la experiencia es mejor en ese punto, pero no voy a pensar en eso», advirtió.
El torneo
El murciano llega de una exhibición ante el griego Stefanos Tsisipas en cuartos, venciendo en tres sets (6-2, 6-1, 7-6) con quizá el mejor nivel de tenis en su corta pero exitosa carrera. El de Atenas no fue capaz de hacerle daño salvo en un tramo del tercer parcial, pero aún así se recompuso para confirmar su pase a sus primeras semifinales en París en poco más de dos horas.
Tras el fallo en Roma, el único torneo de la temporada en el que no ha llegado como mínimo a las semifinales, Alcaraz ha ido de menos a más en Roland Garros. Hasta ahora solo ha perdido un set, en segunda ronda ante el japonés Taro Daniel. Después pasó por encima del canadiense Denis Shapovalov y del italiano Lorenzo Musetti, que venía de una gran gira de tierra. En total, en sus tres últimos encuentros solo ha cedido 23 juegos.
Por su parte, Djokovic lleva una semana irregular, como su camino europeo por la tierra. Pese a haber perdido tan solo un set, en cuartos ante el ruso Karen Khachanov, ni contra este ni contra el español Alejandro Davidovich no se le vio del todo cómodo. Sufrió mucho para encontrar su juego y cometió más errores de los que acostumbra, pero aún así cerró los partidos con cierta facilidad.
Carlos Alcaraz ha encontrado en París un gran nivel de tenis, con una potencia en sus golpes difícil de igualar, muy seguro al saque y con las dejadas y las subidas a la red como arma. Sin embargo, tendrá que mostrar esa mejor versión alcanzada para superar al serbio, que posee el mejor tenis defensivo del circuito.
Frente a Tsisipas, el servicio de Alcaraz fue casi perfecto, concediendo dos bolas de break en todo el partido. Djokovic se lo pondrá más difícil porque es el restador más eficiente. El serbio ante Khachanov ganó 41% de los puntos en los que servía el ruso y que además está muy acostumbrado a jugar bajo presión.