Eurocopa
Foto: Natasha Tinsley

Las calles de Sevilla se volcaron ante una nueva ola de alegría. Se inundaron de color amarillo y rojo, fueron conquistadas por bailes callejeros, y se escuchó una música compuesta de las risas y los brindis que recorrieron toda la ciudad. El sol pegó en las terrazas, las que se volvieron a colmar de cánticos añorados. Resonó un poderoso himno a la normalidad, luego de la pandemia. La llegada de la Eurocopa fue para vivirla y amarla con los cinco sentidos: un nuevo rayo de luz en mitad de las tinieblas.

Los primeros partidos de España dejaron al público con los dientes apretados y el corazón encogido. Al final evitaron el trago amargo que provocaría su eliminación ganando por goleada a Eslovaquia. Es la primera vez que Sevilla acoge un torneo internacional desde la Copa Mundial de 1982; con los alegres gritos de “yo soy español”, “a por ellos”, y “que viva España”, el ambiente festivo animó a la Roja con más fuerza que nunca.

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La llegada de la Eurocopa fue para vivirla y amarla con los cinco sentidos. Foto: Natasha Tinsley

Venezolanos en la Eurocopa

Para los fanáticos latinos que viven en Europa, la Eurocopa tomó un significado aún más especial. Jorge González es narrador aficionado de Caracas. Vive en Ciudad Real, España. Apoya a la selección española. Recalca su amor por la Eurocopa no sólo por la alta calidad de los equipos y de los jugadores, sino por poder integrarse en una comunidad, una manera de agradecer a España el abrir sus puertas y ofrecerle la oportunidad de empezar de nuevo.

A pesar de lo anterior, dice que la Eurocopa nunca se va a comparar con la sensación de ver jugar al equipo de su tierra natal. “Es mi país, es mi sangre, es algo que me corre por las venas totalmente distinto a cuando juega España”, afirma.

“Cuando salta a la cancha la camiseta de nuestro país originario tenemos ilusión de dejar de ser la cenicienta. Vemos el partido con esa misma emoción, añorando lograr el sueño de ir a un Mundial. Apoyar a España en la Eurocopa me da un trozo de ese orgullo y una probadita de ese sueño en mi nuevo hogar”, indicó.

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Fanáticos camino al estadio. Foto: Natasha Tinsley

Pero a pesar de que los latinos en Europa celebran la Eurocopa por todo lo alto, algunos sienten miedo de traicionar a su patria. Alfredo Gutierrez, de Valencia, Carabobo, se atreve a decir que “su corazón está dividido entre España y Venezuela”.

Denny Yajure de Yaracuy afirma: “Por mucho que seamos de Latinoamérica, se sabe de sobra que la competencia fuerte del fútbol es aquí en Europa. Cada partido es una sorpresa, pero Venezuela siempre será donde nací. Apoyar a España es más por respeto porque vivo aquí, pero realmente amo la Vinotinto”.

Mientras el torneo suele tener lugar en una sola parte del continente, este año se acoge en toda Europa y, ahora más que nunca, se ve lo universal que es el lenguaje del fútbol. Sonia Barbosa, una estudiante nicaragüense señala: “No me considero una experta en deporte, pero me divierto, me emociono y grito gol cuando anota el equipo que me gusta. Me encanta ver la emoción de la gente que por un minuto olvida todo y piensa solo en fútbol. La Eurocopa es un escenario de integración, de respeto y de honestidad, porque practicar un deporte no es solo saber las técnicas, ganar dinero y anotar, sino saber ser humano”.

Talento juvenil

En las calles de Sevilla, pintados de pies a cabeza, familias y amigos se ven a la legua luciendo una bufanda sobre su camiseta de Morata o Jordi Alba. “Se ve cómo viven el fútbol aquí porque juegan desde pequeños. Ese talento innato ya se les nota a los niños cuando están en una plazoleta jugando, como para Venezuela se les nota el talento a los que juegan beisbol. De verdad es admirable cómo un país invierte tanto en ese talento juvenil”, manifestó González.

Generaciones de españoles se unen para el partido, cogidos del brazo, con los dedos cruzados, los nervios a flor de piel, y respirando profundamente. Su preocupación había sido en vano; una rotunda victoria garantizó que España pasara a los octavos de final, y luego a los cuartos. Este viernes enfrenta a Suiza por un cupo en semifinales. El sonido del triunfo llega como un dulce regalo.

Todo fue alegría en Sevilla. Foto: Natasha Tinsley

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