José Félix Quintero
Foto AFP

En Venezuela, donde hablar de esgrima es hablar del medallista de oro olímpico Rubén Limardo, el joven sablista José Félix Quintero espera hacerse notar en Tokio-2020.

«Yo creo que el relevo que viene ahora va a dar mucho de qué hablar en los próximos años», comentó a la AFP Quintero en la sala de esgrima del Instituto Nacional de Deporte en Caracas. El atleta se encontraba alistándose para competir en sus primeros Juegos Olímpicos en el torneo de sable individual.

José Félix Quintero, de 24 años de edad, y Limardo, de 35, serán esta vez los únicos representantes de Venezuela en la esgrima olímpica.

Hijo de Gerardo Quintero y Marlene Heredia, una pareja de esgrimistas, este deportista nacido en Barquisimeto, estado Lara, sorprendió en abril pasado en el preolímpico en San José, Costa Rica. En el evento ganó su cupo en una emotiva final contra el argentino Pascual Di Tella (15-14).

Ha sido un largo camino. Desde muy niño empezó a ver espadas, sables y floretes.

«Desde que tenía 8 años estaba metido en una sala de armas y siempre tuve mucha inclinación hacia el deporte. Comencé y nunca paré«, rememora el diestro.

El resplandor del oro

Quintero trabajó casi tres años con la Fundación Limardo y el Centro de Esgrima Gascón Carreño en la ciudad polaca de Lodz, a unos 120 kilómetros de Varsovia.

Lodz ha sido epicentro de formación de esgrimistas venezolanos desde que la fallecida madre de Limardo, Noris, y su tío y entrenador, Ruperto Gascón, lanzaran el proyecto Los Polaquitos. La iniciativa tenía como fin ayudar a jóvenes atletas a viajar a Polonia, una de las mecas de este deporte. El programa fue cuna de la fundación del excampeón olímpico.

La etapa de Quintero en Europa terminó a finales de 2017 entre diferencias con el clan Limardo.

Sin embargo, agradece la oportunidad: «Fue una experiencia buena en muchos aspectos, aprendí muchas cosas, competí mucho».

Y la presea dorada de Limardo en la espada individual de Londres-2012, agrega con la elegancia de un buen esgrimista, fue inspiradora.

«Fue importante. Nos demuestra a todos aquí en Latinoamérica que sí se puede lograr una medalla de oro olímpica», manifestó Quintero. «Trabajando fuerte se puede lograr».

Limardo fue el primer esgrimista latinoamericano con oro olímpico en más de un siglo, pues el último antecedente lo habían marcado los cubanos Ramón Fonst y Manuel Dionisio Díaz en St. Louis-1904.

Venezuela, además, tiene solo a tres ganadores de oro en la historia de los Juegos Olímpicos: el boxeador Francisco Morochito Rodríguez en México-1968; el taekowndista Arlindo Gouveia en Barcelona-1992 y Limardo en Londres-2012. El metal de Gouveia recibió reconocimiento oficial en 2018, pues en 1992 el taekwondo formó parte del calendario como deporte de exhibición.

Vista en París-2024

Desde que volvió de Polonia, Quintero entrena en Barquisimeto con su entrenador Isnardo Pinzón. Su padre es el preparador físico.

«Mi meta siempre estuvo en Tokio. No pudimos tener una preparación 100%, pero nunca perdimos el objetivo», apunta Quintero.

El sablista sabía que tenía condiciones a pesar de las dificultades económicas que golpean a Venezuela y, con ello, la preparación de sus deportistas.

Con la pandemia de covid-19 apareció otro obstáculo, pues se contagió con el virus, aunque fue asintomático.

Las dificultades financieras no perdonaron ni siquiera a deportistas élite como el mismísimo Limardo, que tuvo que trabajar como repartidor en Polonia para buscar ingresos extras.

Aunque se muestra optimista de cara a Tokio-2020, Quintero cree que su mejor nivel llegará en París-2024. «Va a ser una escalera», promete con ambición este aficionado a las motos de alta cilindrada y los vehículos rústicos.

 


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