Después de que los Sixers fueran eliminados el jueves en playoffs por los Miami Heat, el escolta James Harden se comprometió a permanecer la próxima temporada en Philadelphia.
«Voy a estar aquí» el año que viene, aseguró Harden después de su nefasta actuación del jueves en la derrota final de los Sixers por 99-90 en las semifinales de la Conferencia Este de la NBA.
Haré «lo que sea que permita que este equipo continúe creciendo y mejorando y compita al mayor nivel», recalcó el escolta. El jugador aterrizó en febrero en Philadelphia en un megatraspaso con los Brooklyn Nets.
Harden, de 32 años de edad, tiene ahora la posibilidad de renovar unilateralmente su contrato con los Sixers por un año, a cambio de 47,3 millones de dólares. El atleta podrá renovar a largo plazo si Philadelphia se lo ofrece o marcharse a otra franquicia.
De la mano de su jefe deportivo Daryl Morey, quien dirigió a Harden en los Houston Rockets, los Sixers entregaron por el escolta a los Nets dos primeras rondas de Draft y varios jugadores. Entre ellos estaba el base All-Star Ben Simmons.
Ambas franquicias concretaron la operación en medio de presiones de Simmons, que se negaba a seguir jugando con Philadelphia, y del propio Harden, que quería salir de los Nets.
En picada
Los Sixers afrontaron el elevado pago por Harden al considerar que era el socio estelar que necesitaban al lado de Embiid para pelear por el anillo.
Este jueves, en un partido a vida o muerte, el escolta naufragó ante los Heat quedándose en 11 puntos y 9 asistencias y lanzando únicamente dos tiros, errando ambos.
«Desplegamos nuestro ataque y la pelota no me regresaba», se limito a decir Harden sobre su pasividad ofensiva.
Los Sixers, eliminados por un global de 4-2, sumaron su cuarta caída en semifinales de Conferencia de los últimos cinco años.