Quién diría que tras dejar un puesto estable como empleado en un banco hace más de 20 años lograría su primer campeonato de la UEFA Europa League, aunque no fue con el club de sus amores -el Napoli SC-, sino con el Chelsea en la campaña 2018-2019.

Fumador empedernido, poco mediático pero sobre todo un estudioso del fútbol, es definido Mauricio Sarri, de 60 años de edad. Nació en Napolés el 10 de enero de 1959.

Comenzó como entrenador con equipos amateur en su tiempo libre, entre ellos el Tegoleto (1999-2000), Valdema (1998-1999), Antella (1996-1998), Cavriglia (1993-1996), Faellese (1991-1993) y Stia (1990-1991). Laboraba entonces en el Banco  Monte dei Paschi.

Abandonó la carrera de banquero para hacer lo que realmente lo apasionaba. Se puso los zapatos deportivos, tomó la pizarra táctica y comenzó una carrera de técnico sin haberla estudiado, y fue ascendiendo como entrenador gracias  a meritocracia. Su primer equipo fue el AC Sansovino, de la sexta división del fútbol italiano. En este equipo pronunció una frase célebre: “Dejo de entrenar de por vida si no consigo ganar la liga”.

Ganó la liga ese año con el AC Sansovino y ascendió a la cuarta categoría del balompié de Italia. Fue conocido como Mister33, pues implementó 33 jugadas a balón parado para usarlas en los partidos. Eso constituia una demostración de que Sarri era un estudioso del fútbol. Le gusta analizar cada detalle del equipo rival y cómo mejorar su propio juego.

Merced a esa preparación, el técnico pasó por varios clubes. Dirigió por un año el Pescara en la 2005-2006, para luego sustituir a Antonio Conte en el Arezzo en la campaña 2006-2007, y llegó a los cuartos de final de la Copa Italia contra el todopoderoso Milan, que ganaría la champions ese año.

En 2012, luego de pasar por varios clubes de las divisiones del fútbol italiano, llegaría al Empoli. Con este humilde equipo ascendió a la primera división del “país de la bota”. Fue el conjunto revelación de ese año debido a que no tenía grandes figuras, pero desplegaba un juego soberbio.

 Era el técnico peor pagado de la Serie A en esa campaña. Sarri expresó entonces que no podría estar enfado, sino más bien afortunado por hacer algo que haría gratis después de trabajar como banquero.

Después de buenas temporadas con el Empoli, en 2015  lo llamó el presidente del Napoli,  Aurelio de Laurentiis, para dirigir ese club. Rafael Benítez, que estaba al frente, se iría al Real Madrid.

En su comienzo fue criticado por Diego Maradona, que expresó: “Necesitábamos un entrenador que entendiera el tamaño y prestigio de este club”.

Pero el tiempo le dio la razón a Sarri, y luego el propio Maradona ofreció disculpas por su comentario.

Con el equipo «partenopei» tuvo excelentes campañas, siempre batalló contra la Juventus por el Scudetto y, aunque estuvo cerca de conquistarlo, no consiguió su  objetivo principal, ser campeón en Italia, pero sí pudo crear una entidad futbolística con toda una ciudad, que lo veía como un héroe.

Sarri logró que su filosofía no solo quedara plasmada en la cancha del estadio San Paolo, sino que también se arraigara entre los ciudadanos de  Nápoles hasta convertirse en un estilo de vida.

Tras su salida del conjunto napolitano, llegó al Chelsea, adonde volvió para reemplazar a Antonio Conte, como años atrás lo había hecho. En el equipo “Blue” de Londres obtuvo el campeonato de la Europa League, y logró estar en el tercer puesto de la Premier League, a 26 puntos del campeón Manchester City.

Como en toda historia de amor hay una parte que sale herida, para la campaña 2019-2020 la Juventus anunció la contratación de Maurizio Sarri, luego de la salida de Maximiliano Allegri de la escuadra “Bianconera”. Eso generó bastante molestia entre los aficionados del Nápoli, que lo consideran ya como un traidor.

Tampoco fue del agrado del presidente del equipo napolitano, Aurelio de Laurentiis, que manifestó: “Sarri siempre va con el traje, aunque con gritos e insultos, tengo curiosidad por ver cómo se adaptará al estilo de su nuevo equipo (la Juventus)»

Ese será un nuevo reto para el entrenador, que vino de dirigir equipos regionales para llegar a la cúspide del fútbol italiano y perdurar allí como otra leyenda, de tantas que han pasado por los banquillos de los grandes equipos de Italia.


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