Messi, el quejoso. Fue el peor desempeño de Messi en su ya larga trayectoria con la Albiceleste, pero llamativamente los argentinos fueron mucho más indulgentes con su ídolo en esta Copa América que en el Mundial de Brasil-2014, cuando el capitán estuvo a punto de levantar el trofeo mayor del fútbol mundial. Es que a la ‘Pulga’ no se lo criticaba por su juego sino más que nada por su temperamento apocado y su andar cansino en momentos de dificultades que ponía a los argentinos con los pelos de punta. En definitiva, se le reclamaba mayor liderazgo.

Pero en esta Copa América Leo fue con los tapones de punta, con duras críticas al VAR, al estado de los campos de juego y convirtió al generalmente insulso y olvidable partido por el tercer puesto en un hecho impactante que sacudió al fútbol continental por sus duros ataques contra la Conmebol tras ser expulsado por un encontronazo con el chileno Gary Medel.

 »No tenemos que ser parte de esta corrupción», lanzó el hábil futbolista al no acudir a recibir la medalla por el tercer puesto. La tarjeta roja del sábado que se sumó al cuestionamiento al VAR en la semifinal ante Brasil, crisparon a un Messi generalmente alejado de las polémicas. Pero poco mostró de su magia con el balón para que Argentina corte su racha negativa de 26 años sin ganar títulos. Solo un gol y de penal ante Paraguay. Y apenas un partido aceptable, pero insuficiente en la derrota 2-0 frente a Brasil en la semifinal y otro de buen nivel aunque fue expulsado ante Chile. Al mayor temperamento no le adosó su talento natural para acercarse al perfil de Diego Maradona, como le reclama el ideario colectivo.

Habrá que esperar un año para que se juegue otra carta, una de las últimas, de devolverle vida al marchito palmarés albiceleste. Un raro experimento de Copa América con sedes entre los alejados territorios de Argentina y Colombia lo espera en 2020.

Figuras, juego, ¿dónde? La Copa América-2019 puede sintetizarse en algunas estadísticas que la pintan como una edición mediocre y con figuras que no hicieron la diferencia: 14 jugadores llegaron a la final con una marcación individual de apenas dos goles, varios de ellos en siete partidos. Y en ese camino de paridad o bajo relieve, por ejemplo, tres de los cuatro partidos de cuartos de final concluyeron 0-0 y se definieron en los penales.

Ausente Neymar por lesión, en una actitud novedosa, Messi estuvo más dedicado a la protesta que al juego, mientras que James Rodríguez y Radamel Falcao amenazaron con tomar el reinado continental pero se ahogaron con Colombia bastante antes de llegar a la orilla. Los uruguayos Luis Suárez y Edinson Cavani, otros de los llamados a ser grandes luminarias de Brasil-2019, tampoco encendieron sus luces y dejaron a la Celeste en un apagado cuarto de final.

Con grandes problemas internos, la generación dorada de Chile dijo adiós ante Argentina, que había sido su víctima en las finales de las dos anteriores finales de la Copa América, y ahora deberá encarar una rápida renovación, mientras se va apagando Alexis Sánchez y el temperamental Arturo Vidal ya no contagia el fervor que lo convirtió en el símbolo de una histórica etapa del fútbol chileno.

Jogo bonito”, te lo debo. Brasil, sin su figura Neymar, llegó a la final que ganó 3-1 ante Perú sin goles en contra. Paolo Guerrero cortó esa racha y de penal. Ese es un activo que Brasil no gustaba registrar demasiado en otras épocas, en las que la Seleçao solo contabilizaba los (muchos y bonitos) goles a favor.

¿Igualdad o bajo nivel? El anfitrión ganó su novena Copa América ante el rival al que le había propinado la mayor goleada del certamen: 5-0 en fase de grupos. Muchos dicen que el fútbol sudamericano se ha igualado, pero otros afirman que el deporte más popular en esta región está retrocediendo y recuerdan, para apuntalar esa idea, que ningún equipo sudamericano llegó a semifinales en el último Mundial de Rusia-2018.

Gabriel Jesús, suplente del argentino Sergio Agüero en el Manchester City, se transformó en una figura determinante de la Copa solo por haber mostrado un juego aceptable y por haber anotado dos tantos en siete partidos, pese a haber sido expulsado en el choque decisivo. Pero un gol fue en semifinales y el otro en la final.

El premio al mejor jugador, no obstante, fue para Dani Alves, un lateral derecho que a sus 36 años sumó el título 40 en su palmarés, afianzándose como el futbolista más laureado de la historia. ¿Brasil, justo campeón? Sin duda. Pero el ‘jogo bonito’, sobre todo en las fases decisivas, te lo debo. Nada importante para el fútbol suramericano ha ocurrido en Brasil-2019, salvo que el anfitrión engrosó su palmarés, aunque aún está muy lejos de Uruguay (15 títulos) y Argentina (14).

¿Doble VARa? El VAR irrumpió como el justiciero tecnológico que terminaría con los desajustes arbitrales en el fútbol. Con eficiencia, en el Mundial de Rusia se corrigieron o sancionaron muchas acciones que hubieran generado grandes polémicas sin el sistema. Un pie adelantado por cinco centímetros ya no sería motivo de polémica, un cambio histórico para Suramérica, donde se discute hasta el hartazgo cada fallo arbitral.

Pero en la Copa América Brasil-2019 el VAR encendió duras polémicas, a tal punto que el astro argentino Lionel Messi sacudió su habitual ostracismo y llegó incluso a acusar de corrupción por dos penales que según su criterio no le dieron a su selección ante Brasil, motivando una dura carta de la AFA a la Conmebol.

El árbitro ecuatoriano Roddy Zambrano se negó a revisar el sistema en esas dos ocasiones y ahí Argentina encendió las sospechas de un supuesto favoritismo hacia el anfitrión Brasil. La Conmebol lo negó enfáticamente. De este modo, también el arbitraje sudamericano quedó en el ojo de la tormenta al ser criticado en esta Copa América por no utilizar el VAR como un eficaz instrumento para reducir las injusticias al mínimo.

Un conejo en el Maracaná. «Se hace difícil jugar con las canchas tan malas. Es una vergüenza el estado de los campos de juego. La pelota parece un conejo: va picando para todos lados», se quejó Messi tras el triunfo de Argentina ante Venezuela por 2-0 en el Maracaná en cuartos de final. Messi justificaba así en parte su regular actuación en la Copa América Brasil-2019 por el mal estado de los gramados, pero no fue el único.


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