España e Inglaterra buscan la gloria de su primer título mundial este domingo en Sídney. Para España es una oportunidad de tomarse la revancha sobre Inglaterra tras aquella derrota en cuartos de la Eurocopa del verano pasado. Fuera del Mundial Femenino, aficionadas venezolanas, inspiradas por sus propias jugadoras de la Vinotinto, han visto cómo Gabriela García, Michelle Romero, y Oriana Altuve han llegado a jugar en la liga española, y Deyna Castellanos en el Manchester City. Para las más fanáticas, madrugando a horas complicadas para ver los partidos, la final es un rayo de esperanza: “Si uno hace las cosas bien, Europa no está tan lejos”, afirma Luis E. Vilchez Artiles, redactor de fútbol femenino de Balonazos.com.
Mientras la popularidad del fútbol femenino en Europa no deja de crecer, en Venezuela aún queda trabajo por hacer. “Obviamente el fútbol masculino es cinco o seis veces más seguido”, comenta Fabrizio Cuzzola, comentarista de fútbol en Caracas. “Pero el femenino está teniendo un público bastante interesante“.
“Las jugadoras europeas pueden vivir del fútbol”, dice Heidy Acevedo, de La Guaira, entrenadora que dirigió a Metropolitanos, afirmando que la diferencia es el creer en lo que se puede lograr a través del fútbol femenino. “Si deciden jugar, lo toman como una profesión. Mientras acá en Venezuela la mayor parte de la población no tiene los recursos necesarios para hacer las dos cosas”.
“La economía ha estado maltratada y el fútbol lo ha sufrido”, concuerda Cuzzola. “Me parece insensato que haya equipos femeninos disputando categorías profesionales en canchas que no están a la altura, o que les pidan jugar a mediodía, un horario en donde el calor es insoportable y pone en riesgo a las futbolistas”.
A pesar de sus críticas, Cuzzola dice que comprende hasta cierto punto debido a la economía actual del país. “En este momento no se puede pedir a los clubes de fútbol venezolanos que paguen todo tipo de condiciones cuando apenas pueden con el masculino. No sería realista”.
Haciendo hincapié en las problemáticas con los trámites, Cuzzola pone de ejemplo a las jugadoras del Deportivo Lara en la última Copa Libertadores. “Gran parte del plantel tuvo que estar cinco días dando vueltas en las afueras del SAIME para conseguir su pasaporte”.
“Los clubes deberían ayudar en esas gestiones, sobre todo porque sabían meses antes que tenían posibilidades de ser campeonas y de viajar fuera del país. Más bien las jugadoras quedaron desamparadas”, lamenta. “Ahí es donde Venezuela se cae por culpa de la poca visión de sus dirigentes”.
FutVe Femenina: ¿qué cambios se exigen para avanzar?
“Los dirigentes tienen que dejar de ver el fútbol femenino como un gasto y empezar a verlo como una buena inversión”, afirma Acevedo.
La entrenadora cree que se tiene que mejorar la convicción de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) en el femenino: “Hay que crear una liga digna, donde las jugadoras puedan mantenerse por lo menos ocho meses en competición, no con una liga de dos o tres meses solo por cumplir con la Conmebol”.
Cuzzola quiere que los equipos sean más consistentes en su trabajo con el mismo núcleo de jugadoras. “Un día están con un grupo y el año siguiente cambian el 80% de la plantilla”, dice, refiriéndose a los frecuentes cambios de nóminas.
Periodistas y fanáticas que hablaron con El Nacional mencionaron que las jugadoras merecen recibir su sueldo a tiempo. «A muchas jugadoras no les han pagado por los torneos de 2021 y 2022. Tampoco han recibido sus sueldos en 2023», comenta María Antonieta Ascanio, periodista caraqueña viviendo en Miami.
“Es un orgullo y una esperanza para las nuevas generaciones de chicas que ya están creciendo con ídolas venezolanas que destacan en Europa”, dice Gabriel Osuna, que ha jugado en la Liga Nacional con el Caracas FC. Siempre ha querido dar el salto a Europa: “Aún se me eriza la piel pensar que podría representar a mi país”.
Otras aficionadas como Athila Leal, de Valencia, Venezuela, dicen que no se han perdido casi ningún partido del máximo evento del fútbol mundial desde 2015. “En Europa hay varios equipos con los que simpatizo”, dice Leal, deseando tener más transmisiones del fútbol femenino en Venezuela.
“Me gusta el Lyon por su historia. Me gusta el Chelsea [un equipo de Londres] de Emma Hayes. Me gusta ver cómo el Real Madrid Femenino va construyendo su historia desde cero. Pero ninguno me duele tanto como el Carabobo FC”, afirma la valenciana, sonriendo con orgullo.
La emoción de las Leonas ante la final: nuevos cambios y poder femenino
Si algo destacan del éxito de las Leonas son los cambios que se han producido en tan poco tiempo. “Es increíble pensar que en 2014 llevé al equipo de niñas que dirigía al estadio de Wembley para ver a las Leonas porque fue la primera vez que se les permitía jugar allí”, dice Sally Hargreaves de Wareham en el sur de Inglaterra, destacando el reconocimiento que ha obtenido la selección en menos de una década.
Le molesta que aunque las mujeres están llegando lejos, todavía juegan en canchas pequeñas y a menudo es gratis ir a verlas. “Realmente es de risa. Para verlas en Wembley en 2014 solo pagamos £5 ($6.37) cuando entradas para ver a los equipos masculinos te pueden costar al menos £50 ($63.76)”.
Aficionadas inglesas destacan los cambios en la representación de las mujeres en los últimos años. «Cuando era pequeña, sólo había un partido de fútbol femenino al año en la televisión: la final femenina de la FA Cup”, dice Lizzie Adams, capitana de un equipo local de mujeres cerca de Londres. “Me encantaba verlo. Pero que ahora hayamos visto tres semanas de fútbol femenino casi sin interrupciones, es increíble”.
Las Leonas han animado a las mujeres a creer que son capaces de conseguir lo que se propongan y a salir de su zona de confort, según Nola Smith, de la ciudad costera de Weymouth: “No hay drama ni teatro en el campo como en el equipo masculino, sino habilidad, cohesión, amabilidad y poder femenino. Me encanta cómo las respeta todo el mundo».
En otros casos, los cambios traen nervios. La aficionada María Bertelli, de Derbyshire, en el centro de Inglaterra, se preocupa por un mundial sin las tres titulares claves de la Eurocopa: Beth Mead, Leah Williamson y Fran Kirby.
“Me he enamorado de este equipo en los últimos dos años”, asegura Bertelli. “No sólo por su forma de ser al jugar, sino por quienes son fuera de la cancha. Parecen auténticas y humildes, lo cual me parece súper importante”.
La emoción de la Roja ante la final: unidad y un sentimiento agridulce
“He sentido todo tipo de emociones con el fútbol y creo que eso lo hace especial”, explica Violeta Campos Lamuela, de Zaragoza, España, jugadora de fútbol sala, quien entrenaba con Salma Paralluelo, extremo izquierdo de la selección española, en su infancia.
“Veré la final con mis amigas y con mi hermana, pero ojalá esté todo el mundo en las calles y los bares viéndolo con ese sentimiento de unidad que se veía durante el mundial masculino”, recuerda Campos Lamuela con cariño. “Las jugadoras han puesto a un país entero de pie”.
Como Campos Lamuela, Julieta Schwartz, una estudiante argentina que vive en San Sebastián, España, cree que el Barcelona ha dado mucha visibilidad al fútbol femenino. “En la temporada 21-22 fui a ver a las chicas en el Camp Nou y eso me puso los pelos de punta. Ver a tantas niñas en el estadio me parece algo único, espectacular”.
Pese a llevar casi toda su vida en España, dice que le parece complicado elegir a un equipo en la final del domingo: “Ojalá que gane España. Se lo merecen muchísimo porque son ellas las jugadoras que han luchado por ello”, explica.
Pero tampoco le importaría que ganara Inglaterra: “Es una federación que realmente ha demostrado que apuesta por el fútbol femenino. También tiene una entrenadora mujer, lo que me parece un punto importante”.
Schwartz no es la única que se siente dividida. Toñi Muñoz Diaz, ex jugadora del Barcelona y actual entrenadora, describe un sentimiento “agridulce” por la falta de apoyo de las federaciones españolas, a diferencia de las inglesas. “Espero que España gane y que sirva una vez más de demostración: tienen que apostar por el fútbol femenino con hechos y no solo con palabras”, afirma.
Con las ligas masculinas de Inglaterra y España como las dos más importantes del fútbol europeo, gane quien gane este domingo, no hay duda de que la final será beneficiosa para el fútbol femenino.
“En Venezuela hay mucho potencial. Es un país donde levantas una piedra y te salen 20 futbolistas buenas”, celebra Cuzzola con esperanza. “La federación tiene que ir apretando las tuercas y promocionar a las jugadoras en cada partido. No basta que sea solo la final”.
Por @natashatinsley