Jhonny Pereda fue en enero "el pelotero a ser nombrado después" / Foto Prensa Cubs

Primero lo primero: ese pelotero casi desconocido en su propio país, Venezuela, es en realidad un talento en su profesión. Hablamos de Jhonny Pereda, el aragüeño que esta semana fue enviado de los Cachorros a los Medias Rojas, y cuyo caso trae atado un cúmulo de curiosidades que resaltar.

Pereda es receptor. Un buen receptor. Si se une la escasa resonancia de su nombre con ese average de .248 que exhibe después de siete temporadas en las Ligas Menores, podría pasarse por alto su real habilidad. Pero aquí hay un ejemplo: en 2018 fue llamado al Juego de Estrellas de la Liga de Carolina, en Clase A avanzada. Y aquí hay otro: en octubre de ese mismo año fue asignado por Chicago a la Arizona Fall League, el circuito otoñal que organiza la MLB y a donde acuden exclusivamente los mejores prospectos.

Hay más, y se trata de datos más recientes: 12 meses después de ser seleccionado entre las figuras estelares de su torneo en Clase A, fue premiado con el Guante de Oro por la Rawlings como mejor catcher en las Menores, gracias a su actuación en la Liga Sureña, en Doble A.

Así que no estamos ante un pelotero cualquiera. Aunque todavía necesita progresar con el madero, al menos tiene las condiciones que, como mínimo, deberían convertirle algún día en un bigleaguer del tipo Jesús Sucre, mascota de buena defensa, capaz de encontrar sitio, gracias a su capacidad para llamar el juego, bloquear y enfrentar a los corredores rivales.

Hay otra curiosidad capital en este canje: Pereda se convirtió en el jugador a ser nombrado más tarde en el pacto que envió al pitcher Travis Lakins de los patirrojos a los oseznos, un acuerdo sellado el 21 de enero y finalmente completado este 23 de marzo.

Bien, pues lo verdaderamente curioso en ese último dato es que Lakins ya no pertenece a los Cubs. El 31 de enero fue sacado del roster de 40 y expuesto en waivers, con la esperanza de poder ser enviado a Triple A sin ser tomado por otra organización. Los Orioles vieron una ganga y decidieron adquirir su contrato. Como pasa en estos casos, quien es tomado en waivers se marcha sin representar la llegada de alguien más en cambalache. Se va por nada. Adiós y ya.

Los Cachorros terminaron concediendo a los Medias Rojas la posesión de Pereda, un careta criollo de prometedora y premiada defensa, quedándose sin nada, pues aquel a quien habían adquirido dos meses antes, ese por el que debían pagar este precio, les fue escamoteado por una tercera divisa menos de dos semanas después.

El toletero derecho nacido hace 23 años es reserva de los Leones en la LVBP. A pocos les sonará su apellido porque aún no debuta en la pelota venezolana. Si por un golpe de suerte llegara a estrenarse en la Gran Carpa en 2020, aumentará la ya importante lista de criollos que han jugado primero allá que acá.

No es imposible que lo haga, por cierto. En su carrera por distintas categorías, como resaltó el sitio MassLive, Pereda ha puesto out a 37 por ciento de los rivales que le salen al robo. Es una cifra muy elevada. Además, será asignado a Doble A o Triple A, y desde allí solo hay un pequeño salto hasta las Mayores.

The Gardner News destacó la importancia del movimiento para unos bostonianos, que por haber devastado su sistema de granjas durante la era de Dave Dombrowski como gerente general, tenían detrás de plato su punto débil como elenco. Resaltaba el Worcester Telegram & Gazette que los principales respaldos del boricua Christian Vázquez y el nativo Sandy León en la filial de Pawtucket en 2019 eran Juan Centeno y Oscar Hernández, poca cosa para las aspiraciones de la novena.

Ahora cuentan con Connor Wong, legítimo prospecto, llegado de los Dodgers en el canje de Mookie Betts y David Price, y con Pereda.

Un total de 146 venezolanos asistieron al Spring Training como peloteros en los rosters o como invitados a los entrenamientos. De ellos, nada menos que 32 eran receptores. Casi 20 por ciento de la convocatoria general. Se entiende que un nombre poco conocido se pierda en esa maraña.

Nos decía una vez el ex pitcher Julio Franco, devenido instructor y scout, que Venezuela produce más catchers que República Dominicana —y en verdad son muchos más— debido a que el nivel de escolaridad es mayor acá que en Quisqueya y se trata de una posición que requiere cierto manejo intelectual. Eso explica también la brillante escuela puertorriqueña, pues la mayoría de los boricuas pasan por la universidad antes de firmar.

Ojalá ese nivel de escolaridad nunca bajara entre los criollos, incluso en medio de este naufragio. Ojalá.

Pereda espera ser uno de esos elegidos que algún día demuestre su inteligencia para conducir el juego, como tantos de su compatriotas antes y ahora. Es mucho más que el simple jugador a ser nombrado más tarde, una pérdida a cambio de nada para unos y una ganancia con futuro para su nuevo club.

@IgnacioSerrano

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