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La NBA suspendida por segunda jornada consecutiva, el torneo de tenis de Cincinnati en pausa, siete juegos de beisbol aplazados: el deporte estadounidense está inmerso en una batalla contra el racismo y la brutalidad policial que el 27 de agosto jueves recibió críticas de Donald Trump.

El ataque a tiros de la policía de Wisconsin contra el afroestadounidense Jacob Blake el domingo desencadenó una sacudida de ira y frustración que aún persiste en la sede de la NBA en Disney World, Orlando.

En un boicot sin precedentes, los Bucks de Milwaukee , equipo del estado de Wisconsin, fueron los primeros en negarse a disputar sus partidos de playoffs del miércoles, poniendo en jaque la continuidad de la temporada.

Los tres partidos del jueves fueron también suspendidos pero los jugadores, en una reunión colectiva, decidieron no forzar la cancelación de la temporada y reanudarán los playoffs el viernes o el sábado, confirmó la NBA.

Con la extendida sensación de que las movilizaciones diarias por la igualdad racial resultan estériles, los miembros de los Lakers de Los Ángeles de LeBron James y los Clippers de Kawhi Leonard llegaron a votar el miércoles a favor de abandonar Disney World.

La NBA no dio a conocer los resultados de la conferencia del jueves entre representantes de los equipos y los multimillonarios dueños de las franquicias, a quienes los jugadores reclaman un mayor uso de su influencia para impulsar cambios sociales.

En la reunión también participó el legendario Michael Jordan como presidente del Comité de Relaciones Laborales y dueño de los Charlotte Hornets.

De acuerdo con ESPN, la NBA podría anunciar próximamente un plan de acción para fomentar el registro de votantes, sobre todo entre la población negra, y el apoyo a la llamada ley George Floyd para una profunda reforma policial.

«¡El cambio no se produce solamente hablando! ¡Ocurre con la acción y tiene que suceder ahora!», escribió LeBron James en Twitter.

La NBA, «una organización política»

Desde Washington, Donald Trump criticó el jueves las protestas acusando a la NBA de haberse convertido en una organización política.

«No sé mucho sobre la protesta de la NBA. Sé que sus índices de audiencia han sido muy malos porque creo que la gente está un poco cansada de la NBA (…) Se han convertido en una organización política, y eso no es bueno», dijo el presidente.

También el jueves, su yerno y asesor, Jared Kushner, restó importancia a las acciones en la NBA al señalar que ellos «pueden darse el lujo de tomarse» una «noche libre del trabajo».

Conformada predominantemente por jugadores negros, la NBA es la liga estadounidense con mayor trayectoria activista.

Algunas de sus leyendas como Bill Russell o Kareem Abdul-Jabbar, al igual que otras figuras deportivas como Mohamed Ali, dejaron un importante legado en la lucha por la igualdad racial y otras causas como el fin de la guerra de Vietnam.

Después de que sus sucesores, especialmente Jordan, fueran criticados por resistirse a tomar posiciones políticas, las estrellas de la actualidad, encabezadas por LeBron James, han asumido un rol destacado en el movimiento contra el racismo.

El boicot en Disney World precipitó desde el miércoles otras negativas a jugar dentro del deporte estadounidense, muy movilizado desde las protestas globales desatadas por el crimen del también afroestadounidense George Floyd a manos de un policía blanco en mayo.

Por segunda jornada consecutiva, equipos de las Grandes Ligas de beisbol se negaron a jugar este jueves y 7 de los 15 partidos previstos fueron suspendidos.

En el juego entre los Marlins de Miami y los Mets de Nueva York, los peloteros saltaron a la cancha con sus uniformes y se colocaron en sus posiciones para comenzar a jugar.

Pero en lugar de hacerlo, y sin anunciar previamente sus planes, realizaron un acto de protesta permaneciendo en silencio 42 segundos y abandonando el campo dejando una camiseta con el lema «Black Lives Matter» (La vida de las personas negras importa en español).

El gesto fue realizado en la víspera del Día de Jackie Robinson, primer beisbolista afroestadounidense en ser aceptado en las Grandes Ligas que jugaba con el número 42.

La liga de hockey sobre hielo norteamericana (NHL) se sumó el jueves a las reivindicaciones decretando un parón de dos días.

El torneo de tenis de Cincinnati, que este año se disputa en Nueva York previo al Abierto de Estados Unidos, no tuvo actividad tampoco el jueves después de que las semifinales fueran aplazadas al viernes.

La japonesa Naomi Osaka, que había anunciado su retiro de las semifinales como gesto de protesta, dio marcha atrás y decidió jugar el viernes contra la belga Elise Martins.

En la liga de football americano (NFL), al menos nueve equipos cancelaron sus entrenamientos a dos semanas del inicio de la temporada.

La liga de fútbol norteamericana (MLS), que el miércoles suspendió cinco de sus seis partidos, no tenía juegos programados el jueves pero anunció la apertura de una investigación contra el dueño del Real Salt Lake, Dell Loy Hansen, por presuntos comentarios racistas.

En cambio, en el golf se disputó la primera ronda del BMW Championship con estrellas como el español Jon Rahm y el estadounidense Tiger Woods, quien dijo que no consideró renunciar a este torneo de PGA.

«Hubo conversaciones al respecto, obviamente, por lo que sucedió, pero todos estamos de acuerdo, en la misma página», afirmó Woods.


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