Las viudas e hijos de Valbuena y Castillo encabezaron la ceremonia en Barquisimeto / Foto Prensa Cardenales

Un minuto de aplausos en Puerto La Cruz. Un simbólico lanzamiento ceremonial en Caracas. Un emotivo homenaje en Barquisimeto. José Castillo y Luis Valbuena volvieron a ser protagonistas en el beisbol venezolano este sábado, a un año del injusto episodio que les arrebató la vida.

Antiguos rivales y compañeros demostraron este 7 de diciembre su determinación a mantener vivo el recuerdo de Castillo y Valbuena, así como el hecho de que ante las autoridades venezolanas no hay culpables por la emboscada que piratas de carretera tendieron a la camioneta en la que viajaban, en la vía entre Puerto Cabello y San Felipe, junto con otros dos acompañantes.

El acto central se llevó a cabo en Barquisimeto, donde la directiva de Cardenales de Lara retiró los números 1 y 23, para inmortalizar en esa institución el paso del par de estrellas por el equipo alado.

Un mural realizado por el artista Luis Mogollón fue develado en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez, la casa de los pájaros rojos y el hogar beisbolero de Valbuena y Castillo, que aparecen en primer plano en el mosaico, con la frase “Amigos por siempre” al fondo, en la pizarra del parque.

Dubraska de Castillo y Mayela de Valbuena, viudas de las dos figuras, asistieron a la cita junto con sus hijos, y todos participaron de la ceremonia en el campo, con la presentación de las camisetas que nadie más volverá a usar en los crepusculares.

Fue una fecha llena de significado para los pájaros rojos, que entregaron los anillos de campeones a sus integrantes, ante casi 8.000 aficionados que acudieron a conmemorar la fecha.

Tanto el toletero zurdo como el derecho se convirtieron en la inspiración que llevó a los occidentales a conquistar la corona, primero con su desempeño y actitud, y luego con su memoria y ejemplo.

Aplausos en otros estadios

También hubo tiempo en el estadio Chico Carrasquel para homenajear al par de grandeligas. Con el número 14 que usó Castillo a su paso por los Caribes de Anzoátegui, los aborígenes y los Navegantes del Magallanes se formaron en la grama y aplaudieron por un minuto junto con los aficionados presentes en el escenario portocruzano.

El infielder Alberto González, líder en la cueva de los Tiburones de La Guaira, se puso una camisa con el 23 del Hacha, otrora bastión de los escualos, y subió al morrito para hacer el lanzamiento ceremonial, como una manera de dejar que fuera el llanero quien soltara ese primer pitcheo en el estadio Universitario.

Los números 1 y 23 fueron pintados con cal detrás del home y representantes de ambos conjuntos, tanto de los litoralenses como de los Bravos de Margarita, estuvieron en el montículo para tributar a Castillo y a Valbuena antes de comenzar el juego.


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