El hipismo venezolano conmemora hoy dos décadas de la desaparición física de uno de sus máximos ídolos. El jinete caraqueño Juan Vicente Tovar León falleció un 12 de abril de 2000, apenas a los 50 años de edad.

Veinte años después de su inesperada partida, el recuerdo del «Negrito de San José» se mantiene intacto entre los jinetes, entrenadores, propietarios, comunicadores y pronosticadores que siguieron la notable trayectoria de Tovar entre 1974 y 1998.

Kobe Bryant consiguió otro hito: bestseller del New York Times

«Tovar era un hombre muy concentrado en su trabajo. Sabía lo que hacía, era muy respetado por todos y siempre tenía sus momentos de buen humor», recuerda el ex jinete Richard Ibarra, quien compitió con el «Supercampeón», apodo con el que el famoso narrador Virgilio Decán, Aly Khan, solía referirse al fusta.

El remoquete de «Supercampeón» no llegó de gratis, pues Tovar fue el monarca absoluto de los jockeys en La Rinconada al ganar 16 estadísticas consecutivas entre 1977 y 1992, marca que continúa vigente, siendo el guariqueño Emisael Jaramillo con 14 campeonatos su máximo perseguidor.

Ángel Torres escogía las mejores montas

«Creo que desde un principio tuvo la suerte de contar con la ayuda de buenos entrenadores, principalmente Eduardo Azpúrua. Aparte también tenía a su agente José Ángel «Edificio» Torres, quien sabía escoger las mejores montas y eso vale mucho cuando aprendes bien el oficio de jinete porque si llevas buenas montas; solo tienes que guiar a los caballos para hacerlos ganar», apuntó Ibarra.

Además del apoyo de Azpurua, Daniel Pérez, Millard «Musiu» Ziadie y César Cachazo figuran entre los preparadores que más solían hacer yunta con Tovar. Con Pérez, el carismático jinete conquistó la Triple Corona venezolana a bordo de Iraquí en 1985, mientras que Ziadie y Cachazo le brindaron la oportunidad de conducir a dos muy recordados ejemplares: la campeona Gelinotte y el aguerrido Don Fabián, respectivamente.

Estilo efectivo de Tovar

A diferencia de otros jinetes como el también desaparecido Douglas Valiente o Ángel Francisco Parra, Tovar no tenía un estilo tan vistoso sobre los purasangres de carrera. ¿Cuál era el secreto de su éxito en las carreras? La inteligencia, la precisión y la capacidad de capitalizar los errores de los contrarios eran sus principales atributos.

«No tenía el mejor estilo, pero era muy efectivo a la hora de decidir una carrera. Siempre tenía una buena partida y colocaba sus caballos en los primeros puestos. Era casi imbatible cuando venía entre los primeros y pegaba durísimo. Era único», resumió Ibarra.

«El ingeniero y director de la revista Estudio Hípico Nicolás Schedrin definía a un buen jinete como aquel que tenía un alto porcentaje de victorias cuando montaba al favorito de la carrera. Si bien Tovar no corría por dentro, se conocía la pista de La Rinconada más que ninguno y lo dominaba todo, estaba claro», agregó el handicapper y antiguo pronosticador de la revista Gaceta Hípica Alfonso Rodríguez Vera.

Juan Vicente Tovar conquistó 16 estadísticas consecutivas

Con esa maestría sobre los ejemplares, Tovar, además de conquistar 16 estadísticas consecutivas y ganar la Triple Corona con Iraquí, también tuvo entre sus innumerables jornadas de triunfos selectivos la del Clásico del Caribe en 1990 en el hipódromo de Santa Rita.

La tarde del 2 de diciembre de ese año, el piloto ganó las tres pruebas más importantes de la jornada: el Caribe con Don Fabián, el Confraternidad del Caribe con Randy y el Confraternidad para yeguas con Mon Coquette.

La polémica, el primer retiro y el retiro definitivo

Las tres selectivas conquistadas por Tovar en la pista Santa Rita fueron el colofón de un 1990, cuando Tovar se alzó con el Casquillo de Oro 14 de su carrera. La marca animó a los periodistas hípicos del país a elevar su favoritismo para el premio Atleta del Año de Venezuela.

El nativo de la parroquia San José ya había sido nominado al galardón, pero en la época existían dudas sobre premiar a un jinete como máximo deportista de Venezuela. De hecho, la elección de 1990 coronó al ciclista Leonardo Sierra, lo que generó una gran polémica, según el periodista Oscar Armao Mendoza.

«Hubo fuerte polémica. Sierra, formidable atleta, decía que no era fácil su tarea en bicicleta. Señalé entonces que ir sobre un caballo, más pesado y con riesgos en una carrera, también requería condiciones atléticas», recordó el otrora cronista del diario El Nacional.

Tovar decidió retirarse en 1992, pero volvió a montar en 1995 y en 1997 protagonizó una de sus victorias más recordadas en el Clásico Presidente de la República de 1997, evento que se llevó 9 veces.

Triunfo sobre El Gran Sol

El último Presidencial del multicampeón fue una demostración de inteligencia y de oficio sobre un purasangre de carreras. Tovar condujo al moro Astur, equino que tenía dificultades para llegar al tiro largo, y que su piloto colocó detrás de la velocidad con un paso constante y en la recta final tomó la punta hasta anotarse el triunfo en la milla y media sobre el mejor caballo del momento, El Gran Sol.

«Tuve la inmensa fortuna de ganar con él antes de su retiro y luego cuando volvió. No cualquier atleta hace una pausa larga y regresa con éxito como lo hizo Tovar. Eso, según mi criterio, lo hace aún más grande de lo que fue», expresó el ex entrenador Darío Piccinini.

Al año siguiente, Tovar se retiró luego de sumar 2.492 triunfos entre La Rinconada (2.382), Valencia (43) y Santa Rita (67) en 9.852 actuaciones. Meses después de su muerte en 2000 fue exaltado al Salón de la Fama del Deporte venezolano. Y 20 años después de su prematura despedida su leyenda en las pistas sigue vigente.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!