El boxeo seguirá formando parte de los Juegos Olímpicos, pero el torneo de Tokio-2020 no será organizado por la Federación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) si el COI acepta la recomendación hecha este miércoles por su comisión ejecutiva.

Es cierto que el Comité Olímpico Internacional (COI) debe validar esta recomendación en la sesión que el COI celebrará en junio en Lausana, aunque esto debería ser una simple formalidad.

La AIBA, creada en 1946 sobre las ruinas de la antigua Federación Internacional de Boxeo (FIBA) y que atraviesa actualmente graves problemas de gobernabilidad, se convertiría así en la primera federación internacional en ser apartada de la organización de su propio deporte en unos Juegos. Contactada por la AFP este miércoles por la noche, la AIBA rechazó comentar esta noticia, aunque en su momento advirtió que llevaría a los tribunales cualquier decisión del COI que fuese en contra de sus intereses.

Una vez sea confirmada la suspensión de la AIBA en junio, el COI tendrá la delicada tarea de organizar el torneo olímpico, así como los diferentes campeonatos clasificatorios. Para ello, la comisión anunció la creación de un grupo de trabajo presidido por el japonés Morinari Watanabe, presidente de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) y miembro del COI.

«No recuerdo que el COI haya creado antes un grupo de trabajo parecido; espero que sea la primera y la última vez», declaró el presidente del COI Thomas Bach en conferencia de prensa celebrada este miércoles tras el anuncio de una decisión motivada por un informe de una comisión de investigación presidida por el serbio Nenad Lalovic (presidente de la Federación Internacional de Lucha) sobre los problemas de gobernabilidad, financieros, de ética, de lucha contra le dopaje y de arbitraje que afectaban a la

Violaciones. »Siguen existiendo serios problemas de gobernabilidad, especialmente violaciones de la Carta Olímpica y del código de ética referentes a la gobernanza y la ética, lo que implica serios riesgos desde el punto de vista legal, financiero y de reputación para el COI», asegura el informe de esta comisión de investigación.

A poco más de un año para los Juegos de Tokio, el tiempo apremia. Los torneos clasificatorios deben haber acabado imperativamente en abril de 2020, dos meses antes de los Juegos y organizarlo todo no es fácil, por lo que el COI no descarta ayuda de las «federaciones de boxeo profesionales».

«No podíamos anticiparnos a la recomendación de esta comisión de investigación», aseguró Bach. «Si hubiésemos comenzado ya negociaciones con otros socios sobre la forma de organizar la competición, esto habría puesto en entredicho el trabajo de la comisión».

«Lo que cuenta para los boxeadores es que saben que el torneo se disputará y tendrán más detalles tras la próxima reunión de la comisión ejecutiva», en junio, añadió. La llegada a la presidencia de la AIBA del polémico empresario uzbeko Gafur Rakhimov, que dimitió posteriormente, desató una ola de inquietud en el movimiento olímpico por la situación de una federación que regularmente vive momentos de crisis.

El paquistaní Anwar Chowdhry, presidente de la AIBA de 1986 a 2006, fue suspendido a perpetuidad en 2007 por malversación financiera. Chowdhry fue derrotado en las elecciones de 2006 por el taiwanés Ching Kuo Wu, que también tuvo que dimitir en noviembre de 2017.


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