Carlos González / Archivo

El slugger venezolano Carlos González celebra su regreso a la “normalidad”. Y para él, normal es poder llegar a los entrenamientos primaverales junto al resto de los peloteros de posición, para iniciar la preparación de seis semanas que les permitirá estar en plenitud de condiciones al comenzar la temporada.

González no ha perdido ninguna campaña desde 2008 llegó a las Grandes Ligas, para iniciar una de las carreras más productivas que haya visto la embajada nacional en la MLB. Lo que sí se perdió en los tres años anteriores fue el Spring Training, con todo lo que eso puede significar.

El toletero zurdo se sumó esta semana a los Marineros de Seattle, al oficializarse el contrato de Ligas Menores que pactó con esa organización. Desde entonces, se alista junto al resto de sus compañeros, con la esperanza de ganar un lugar en cualquiera de las esquinas del outfield.

“Esto es lo que estaba buscando desde que comenzó el receso entre campeonatos”, explicó González en una entrevista con MLB Network. “Quería estar en los entrenamientos desde el principio. En los anteriores tres años me perdí el Spring Training”.

Coincidencia o no, 2016 fue la última zafra positiva de CarGo, su última en el Juego de Estrellas. Dejó promedios de .298/.350/.505, con 25 jonrones, 100 empujadas y .855 de OPS. Luego vino el declive, que le ha llevado a vestir cuatro uniformes en los últimos 18 meses.

Para el nativo de Maracaibo, no es casual el drástico descenso.

“En 2017 fue por el Clásico Mundial de Beisbol”, recordó González. “Cuando llegué al Spring Training, ya todos en el equipo tenían su ritmo, habían avanzado en su preparación, y yo tuve que tratar de ponerme al nivel de ellos. En esta época del año no quieres apurarte, quieres ir poco a poco, preparándote, lograr esas condiciones que te permitan causar impacto en la campaña”.

“En 2018, como agente libre, firmé muy tarde con los Rockies”, continuó. “Tuve solamente un par de semanas para prepararme y quedar listo. Siempre sentí que estaba apurándome para alcanzar a los demás. Y el año pasado, con los Indios, fue lo mismo. Me perdí prácticamente todo el entrenamiento primaveral. Cuando por fin me reporté, lo siguiente que recuerdo es estar jugando (en la Liga de Cactus), siempre tratando de alcanzar a los demás”.

“Por eso hablé con mi agente”, abundó González, en referencia a Scott Boras. “Le dije que en caso de poder conseguirme una oportunidad para volver a jugar, que lo hiciera cuando no estuvieran todos ya listos, para poder prepararme con los demás. Para mí es importante estar temprano aquí, tratar de hacer lo que hacía siempre”.

Es la primera vez desde su graduación como bigleaguer que el zuliano pertenece a una escuadra de la Liga Americana. En 2008 fue llamado por los Atléticos de Oakland, antes de ser cambiado a Colorado e iniciar con eso el período más productivo de su carrera.

La bienvenida, al parecer, fue grata. Aunque sin duda ayuda que por primera vez en cuatro años esté a tiempo en las prácticas colectivas, sin importar que prácticamente no conociera a nadie en su nueva divisa.

“Conversé con varios apenas llegué y me mostraron emoción por estar en el campo de entrenamientos, gente de la organización, peloteros en el clubhouse, peloteros jóvenes”, relató. “Me han causado una muy buena impresión, y eso será de mucha ayuda”.

“Estoy muy emocionado”, añadió González. “Quiero ir día a día, tratando de hacer lo mejor que puedo hacer en el beisbol. Obviamente, quiero tratar de ser el mejor y sé que quienes me rodeen podrán hacerme un mejor pelotero. Ellos juegan un rol para mí, así como yo tengo un compromiso con ellos. Estoy aquí para asumir ese reto”.


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