Cardenales volvió a contar con los batazos de sospechosos habituales, como Luis Jiménez / Foto Prensa Cardenales

Cada día de enero que pasa, Cardenales da otra vuelta al engranaje, con una forma de jugar que últimamente parece el mecanismo de un reloj.

Otra sólida actuación de un abridor, ahora con Raúl Rivero como protagonista; un renovado bullpen, que estrenó con acierto dos piezas novedosas; y la misma capacidad de reacción demostrada ante Magallanes, primero, y Zulia, después, le dio a Lara la delantera en la final del beisbol venezolano, ante casa llena, este domingo, en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.

Los pájaros rojos siguen aplicando el guión que tan bien han dispuesto en este enero y que tanto recuerda lo hecho por esta divisa hace 12 meses, con no pocos protagonistas diferentes.

El duelo de pitcheo entre Rivero y Logan Darnell terminó en la parte baja del octavo tramo, un inning después de que Caribes igualara con una carrera sucia y le impidiera al iniciador crepuscular la alegría de ser él el ganador.

El libreto es el mismo que ante las Águilas, en esa que para algunos fue una final adelantada: no importa la táctica contraria de traer zurdo contra zurdo o derecho contra derecho, mover el infield hacia adelante o cargarlo hacia las bandas; entonces, como ahora, los batazos parecen encontrar la vía a tierra de nadie, con una frecuencia que pasma.

A Yordanys Linares lo trataron con lanzadores de su misma mano toda la noche. Bateó sobre .300 en la eliminatoria y tiene sobre .400 en los playoffs. Algo hay que hacer contra él, podría decirse, pero él no se deja. Tres imparables largó, que debieron ser cuatro, si el guante de Alexis Amarista no le roba un hit en el proceso, y tres carreras empujó, dándole a los suyos tres veces la delantera.

Lo hizo en el primer inning, con doble que encontró a Ildemaro Vargas en circulación. Repitió en el tercero, luego de empatar Anzoátegui, con sencillo que llevó a Jeckson Flores hasta el home. Y una vez más en el decisivo octavo, con Flores en la intermedia, desafió la lógica rival con otro cohete que puso al frente a los dueños del lugar.

Un hit de dos rayitas de Luis Jiménez, minutos después, y otro de una por parte de Welington Dotel completaron la faena. La tribu pudo empatar siempre que la diferencia era de una. Con cuatro abajo en el noveno, nada pudo ante un Ricardo Gómez a quien le tocó ser el cerrador.

El éxito de los pájaros rojos pasa por tener la mejor rotación de la zafra y un bullpen que alcanzó su cénit en Maracaibo, a mediados de semana, bullpen que ahora estrenó a Wilking Rodríguez, para ayudar a un Vicente Campos que sigue dando señales de cansancio, y al zurdo Elvis Escobar. Ahora Cardenales tiene más brazos que nunca para cuidar el marcador.

Pero la clave fundamental de todo parece estar en el corazón, la capacidad de respuesta, la insólita, contundente y rápida réplica que desde hace días saca Lara cada vez que recibe un golpe del rival. Los occidentales han armado su mejor lineup y están jugando con la mayor determinación en el momento que más importa en la campaña.

Caribes insistirá este lunes con la fórmula zurda para aquietar el vuelo crepuscular. Tiene un equipo formidable, que parece mucho mejor que lo visto en la jornada dominical. Pero esta vez, al menos, le pasó como a los turcos y aguiluchos, que debieron bajar los brazos ante un adversario que no parece concebir otro plan más que el de ganar.

En datos

La reacción del octavo inning dejó la pizarra con amplia diferencia de 6 por 2.

La asistencia oficial montó en 15.276 personas, la mayor esta temporada en cualquier estadio de la LVBP. Por segundo día, la gerencia cardenalera puso en promoción 3 por 1 los boletos de las gradas, para facilitar la presencia de la fanaticada con menos recursos económicos. La gente respondió.

René Reyes y Luis Sardiñas duplicaron por Caribes. Welington Dotel lo hizo por Cardenales y los cohetes de Yordanys Linares fueron tres.


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