Barcelona multada por la UEFA
Foto Europa Press

El FC Barcelona homenajeó a Sergio Busquets y Jordi Alba este domingo en el último partido para ambos en el Spotify Camp Nou como jugadores del cuadro azulgrana. La celebración se hizo después de la victoria (3-0) ante el Mallorca como inicio de la fiesta que despidió también al feudo blaugrana por su inminente remodelación.

El cuadro culé dijo adiós a dos leyendas en una noche al estilo de las despedidas a Pep Guardiola, Xavi Hernández o Andrés Iniesta. Una noche en la que la afición azulgrana también se despidió del Camp Nou por las obras que llevarán al equipo a jugar en el Estadio Olímpico Lluís Company.

Ambos fueron titulares en la victoria sobre el Mallorca, ya con el título en el bolsillo pero en un partido serio del Barça después de las dos últimas derrotas. A Busquets y Alba los sustituyeron en los minutos 84 y 79, para que pudieran recibir el cariño de la grada, pero tras el pitido final siguió la celebración para el Barcelona.

El centrocampista y el lateral salieron al césped con los trofeos de la Liga y la Supercopa de España ganados esta temporada, en medio de un pasillo hecho por el cuerpo técnico y los jugadores. Desde el centro del campo, ambos protagonistas recibieron un recuerdo entregado por el presidente del Barça, Joan Laporta.

Un orgullo

«Quiero agradecer todas las muestras de cariño recibidas. Fue un orgullo vestir esta camiseta. Intenté ayudar a todo el mundo y me siento muy orgulloso de ser culé. Profesionalmente, puedo decir que hoy ha sido el día más feliz de mi vida«, dijo Alba, con un recuerdo para Tito Vilanova, quien le fichó en 2012.

«Siempre soñé  jugar en este estadio. El sentimiento y el orgullo de ser del mejor club del mundo nunca me lo quitará nadie. Soy socio, también aficionado, y me voy superando todas las expectativas que tenía de pequeño. Esto no es un adiós, porque estoy seguro de que esto será un hasta pronto», dijo Busi.

Quince temporadas, en el caso de Busquets, y once, en el caso de Alba, terminaron en casa con un manteo de sus compañeros, en una ceremonia que también dijo hasta pronto al estadio. El homenaje, con más de 88.000 espectadores, comenzó con la locución del poema de Josep Maria de Sagarra que se leyó el día de su inauguración en 1957 y con la colocación de seis camisetas gigantes sobre el césped.

Después, una sardana en el centro del campo, para dar paso a la parte más simbólica de la ceremonia. El socio número 14 del FC Barcelona, el senador Miquel Esquirol, un asiduo al Estadio desde su inauguración en 1957, fue el encargado de ofrecer un banderín de córner del Barça-Mallorca a dos niños, Toni y Arlet. Estas simbolizan las nuevas generaciones que disfrutarán del futuro y renovado Spotify Camp Nou.


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