Biles
Foto AFP

La gimnasta estadounidense Simone Biles logró medalla de bronce en la final de barra de equilibrio en los Juegos Olímpicos de Tokio que cierra con una alegría, entre ovaciones, tras reconocer que por salud mental se vio obligada a retirarse del resto de la competición.

Simone Biles es medalla de bronce, logra su séptima medalla olímpica, pero esto es lo de menos. Lo más importante es que sonrió nada más bajarse de la barra, contenta con su ejercicio y con poner fin a la pesadilla que habrá vivido en Tokio por el estrés mental sufrido.

La gimnasta estadounidense, que debía ser la reina de la cita olímpica tras arrasar previamente en Río 2016, no pudo culminar la final completa por equipos. Reconoció el estrés, el querer primar su salud mental, y el no poder ejecutar con seguridad sus ejercicios.

Fue día a día, midiendo sus fuerzas, y borrándose del resto de finales hasta decir sí a esta barra de equilibrio, donde reinaba a nivel mundial. Hizo un buen ejercicio, de alta dificultad y bien ejecutado, tanto que se colgó el bronce cuando muchos daban la medalla individual por perdida.

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Y con menos focos de lo habitual, pero mereciendo lo máximo, se llevó el oro la jovencísima gimnasta china, de sólo 16 años de edad, Chenchen Guan con una puntuación de 14.633, mejor que su compatriota Xijing Tang, plata con 14.233, y los 14.000 del bronce de Biles.

La ovación de gala en el centro de gimnasia de Ariake fue para Simone Biles, cuando entró junto a sus compañeras y a la vez rivales. La gimnasta Sonrió feliz tras finalizar su ejercicio, se abrazó con todas y fue de las primeras en felicitar a Guan, que apenas creía lo logrado y pese a llegar a esta final con la mejor marca y secundarla con un brillante ejercicio.


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