El beisbol de las Grandes Ligas sigue dejando bonitas historias para contar en cuanto a los venezolanos se refiere. Y es que el sábado un nuevo capítulo se escribió con la llegada de nos nuevos miembros del contingente vinotinto al big show.

Los protagonistas de esta fábula no fueron otros sino el lanzador Pablo López y el archiconocido por la fanaticada venezolana Willians Astudillo. Ambos jugadores hicieron su estreno casi en simultáneo y lo hicieron dejando una grata impresión a sus respectivos managers.

López, derecho zuliano de 22 años de edad y que pertenece a las Águilas del Zulia en la LVBP, no apareció nunca en la lista de los posibles candidatos a debutar en 2018, pero su rendimiento en las granjas de los Marlins de Miami fue tan prolífero que con rápida frecuencia se fue ganando el ascenso de categorías en las menores.

Ante la inefectiva labor de los abridores de los peces, entre los que se encuentra el también venezolano Eliéser Hernández y que no ha podido rendir dividendos, López se coló entre las opciones para el manager Don Mattingly y no defraudó en su primera apertura en las mayores.

El oriundo de Cabimas ponchó al primer bateador de los Mets de Nueva York, pero el veterano José Bautista le dio la bienvenida con un jonrón al primer lanzamiento. López superó el nerviosismo típico del estreno y mostró su aplomo para terminar con seis innings de solo dos carreras, una base por bolas y cinco ponches, suficientes para agenciarse la inolvidable primera victoria.

Pablo López se convirtió en el venezolano número 12 que consigue salir airosos en su salida inaugural y en el séptimo que lo hace con al menos seis episodios. Además es el primero que lo consigue, desde que Eduardo Rodríguez lo hizo con los Medias Rojas de Boston frente a los rangers de Texas en 2015.

Constancia premiada. Mientras López se lucía en Marlins Park, en el Wrigley Field de Chicago, Willians Astudillo entró como sustituto de Eddie Rosario en los Mellizos de Minnesota y en su primer turno, conectó sencillo por el medio de campo que sirvió para remolcar una carrera.

De esta manera Astudillo, de biotipo poco atlético, vio recompensada su constancia, después de más de 10 años en las ligas menores y luciéndose con el uniforme de los Caribes de Anzoátegui.


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