Luego de una temporada a la baja, en la que por primera vez en su carrera no consiguió sumar al menos un abanicado por cada inning de labor, el relevista venezolano Francisco Rodríguez vuelve a ser un ponchador, lo que ofrece una señal de esperanza ante el mal momento que vivió en abril.

Rodríguez trabajó en blanco por segunda jornada seguida, el martes, y mejoró a 5.06 su efectividad, todavía muy lejos del promedio de 2.75 que muestra en su carrera. La prensa en Detroit ha debatido sobre su dominio y el manager de los Tigres, Brad Ausmus, ha tenido que pedir paciencia, recordando el historial de su cerrador.

El caraqueño sumó su séptimo salvado en nueve oportunidades en 2017 y volvió a pasar por las armas a un adversario, mientras se medía con la toletería de los Indios, en el Comerica Park. Con eso, y a pesar del slump que ha sufrido, se mantuvo claramente al ritmo que marca la media de su recorrido en las Grandes Ligas.

El Kid no había sido capaz de trabajar en blanco al menos en dos salidas en fila, antes de esta semana.

Los fusilados, en cambio, están allí, aunque la recta haya perdido velocidad con el paso del tiempo.

Este miércoles amaneció con 10,1 ponchetes por cada 9.0 innings, lo que marca un repunte respecto al bajón —preocupante para algunos analistas— que sufrió en 2016, cuando por única vez en las Mayores no ha podido salir de al menos un contrincante por inning a través de los tres strikes.

También ha mantenido bajo control las bases por bolas. Luego de 11 apariciones, ha entregado 2,5 por cada 9.0 entradas, mejor que en 2016 (3,2) y mejor que en su trayectoria toda (3,6).


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