Las frases clichés abundan en los terrenos de juego, y eso no le quita lógica y razón a quienes las dicen. Si usted camina cerca de un dugout de la LVBP en enero, o habla con algún pelotero o técnico, tiene una alta probabilidad que escuche: “La postemporada es la hora de los hombres”.

Más allá tal visión, existe una verdad: en la instancia decisiva de la temporada la calidad de la liga aumenta considerablemente. La mayoría de los bateadores han visto suficientes pitcheos para estar a tono, los equipos se reforzaron con lo mejor disponible de los eliminados y hay grandeligas en buenas condiciones.

Entonces, sí… Se puede decir que casi siempre los peloteros de mayor talento sobre salen, como Miguel Cabrera, líder en promedio de todos los tiempos en postemporada (.347) entre los hombres con al menos 400 turnos legales en la fase.

Aunque la muestra es pequeña, pues hasta la ayer en la tarde solo se habían desarrollaron dos juegos en cada una de las tres series que conforman la primera etapa de los playoffs, ya hay nombres que resaltan. Uno de esos casos es el de Juniel Querecuto, el mejor paleador de la actualidad.

Antes del choque de anoche, el campocorto poseía 7 imparables en 10 oportunidades. Si bien ninguno de los batazos fue extrabase, los guarismos no dan espacio a las dudas sobre quién es el hombre más caliente en los Cardenales de Lara, que le ganan la serie a las Águilas del Zulia.

A diferencia de Querecuto, el infielder Wilfredo Tovar sí ha disparado grandes conexiones y también le ha dado a la pelota con regularidad. Poseía 6 hits en 9 turnos antes del tercer juego de la serie entre los Leones del Caracas y los Tigres de Aragua, así como un cuadrangular y un doble, para un OPS (sumatoria de embasado y slugging) de 1.811.

“Me estoy enfocando en darle a la bola hacia el lado contrario, como lo he hecho toda la campaña”, dijo el melenudo más peligroso de la ronda regular, etapa en la que ligó para .330 de average y .816 de OPS. “No busco dar jonrones ni nada de eso, solo un buen contacto”.

Y entre sluggers hay que destacar la presencia de Jesús Aguilar, primera base de los capitalinos, que había impulsado 6 carreras, gracias a sus 4 incogibles –uno de ellos un vuelacercas- en 5 turnos con hombres en posición de anotar.

En el morrito, aunque Jorge Martínez (Cardenales) y Daryl Thompson (Caribes) tuvieron buenas actuaciones, el mayor exponente de inspiración es Junior Guerra, refuerzo de los pájaros rojos, quien en el primer choque de la serie contra los rapaces lanzó 7.0 innings, ponchó a 6 rivales y no aceptó carreras limpias.

Bajo cero. Muy distinto que el averno descrito por Dante en la Divina Comedia, el infierno es helado en las mitologías nórdicas y en el beisbol. Ningún pelotero quiere escuchar que sus números están fríos.

Cada una de las divisas poseen casos aun no han podido ligar como las proyecciones estimaban. En Magallanes, por ejemplo, el jardinero Endy Chávez solo había dado un hit en 8 turnos; y Ronny Cedeño, el bateador activo en la LVBP con mejor rendimiento en playoffs (.320) lucía de 8-1.

En Caribes, Rafael “Balita” Ortega todavía esperaba dar su primer indiscutible después de 10 chances en el plato. Hernán Pérez, referencia de Tigres, se había ido de 6-0.  Por Leones, Trayvon Robinson era el más frío (10-2). Reynaldo Rodríguez en Águilas (10-1) y Henry Urrutia en Cardenales (12-1).

LA CIFRA

126 carreras impulsadas tenía José Castillo antes del choque de este viernes. La cifra representa la mayor cantidad entre los peloteros activos. El segundo puesto es de Héctor Giménez con 121


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