Algo debe estar mal. Parece imposible que Manu Ginóbili haya pasado la barrera de los 40 y siga jugando así. ¿Cómo es «así»? Como si fuera un joven que recién está dando sus primeros pasos y que quiere demostrar todo lo que es capaz.

Ayer, en la victoria de San Antonio Spurs sobre Atlanta Hawks por 96-85, en la serie regular de la NBA, el argentino la rompió. Y no solo porque fue el segundo goleador del equipo, sino también porque dejó una selección de esas jugadas que tienen su sello personal.

En casi 26 minutos en cancha, Ginóbili  registró 16 puntos (solo superado en su equipo por LaMarcus Aldridge), tres asistencias y dos rebotes. Fueron esas intervenciones diferentes la que lo hicieron redondear una noche perfecta. ¿Cuáles? Un triple sobre la chicharra del primer cuarto, dos versiones del no-look-pass que hicieron delirar a los relatores y hasta dos robos que terminaron en contras letales.

La figura del equipo ganador fue LaMarcus Aldridge, quien registró 22 puntos, 11 rebotes y dos asistencias. También tuvieron una destacada actuación Danny Green (14 unidades) y Kyle Anderson (13 puntos, 10 asistencias y seis rebotes).


Los Spurs llevan ahora 11 triunfos contra seis derrotas en la temporada, mientras que los Hawcks suman tres victoria y acumulan 14 derrotas.


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