Con buen semblante, sonriente, tranquilo e ilusionado. Así se mostró el argentino Fernando Duró en la rueda de prensa celebrada en la sede de la Federación Venezolana de Baloncesto. Junto con Bruno D’ Addezio, presidente del ente rector, y Oswaldo Narváez, director de selecciones nacionales, el estratega ofreció sus impresiones sobre la preparación de Venezuela rumbo al Mundial de China.

La ruta planteada consta de tres fases: primero, la selección criolla disputará los Juegos Panamericanos de Lima; luego viajará a Italia para competir, entre el 6 y el 8 de agosto, en el torneo de Verona; finalmente, los 12 elegidos aterrizarán en China para jugar un par de compromisos amistosos previos a la cita mundialista.

Dentro de ese nutrido cronograma de actividades, el profesor Duró destacó un evento por encima del resto: “Este es el momento de buscar la primera medalla Panamericana de Venezuela en baloncesto. Contamos con el grupo humano indicado para hacer historia. Estos Juegos sirven como una gran motivación para el comienzo de la preparación al Mundial de China”.

Sin embargo, y a pesar de que Duró recalcó la plena confianza que tiene en sus jugadores, el estratega es consciente de la dificultad de una cita mundialista y de los aspectos que deben pulir para ser lo más competitivos posible. “Trabajar la defensa va a ser uno de los objetivos fundamentales en este período. Hay que estirar la defensa y buscar alternativas que le dificulte a los rivales llegar a ese juego interior característico las selecciones potencia”, explicó el argentino.

El contrato de Fernando Duró al frente de Venezuela finaliza justo después del Mundial de China. Cuando el entrenador fue interrogado con respecto a ese tema, le dio cabida a la nostalgia, a la introspección e hizo un balance de su gestión. “Quisimos inculcarle muchas cosas a las futuras generaciones, pero lamentablemente no lo pudimos hacer porque aparecieron otros problemas de mayor envergadura. Nadie escuchó nuestras solicitudes y tampoco hubo los recursos disponibles para trabajar en esa tarea. No me queda más que pedirle disculpas a esas generaciones de relevo por no podernos ocupar de ellas”, admitió.

A pesar de no haber podido cumplir con algunos de los objetivos planteados, el director técnico argentino se mostró muy complacido con su periplo en suelo criollo: “Estoy sumamente agradecido con este país. Aquí me dieron la oportunidad de volver a un Mundial, de planificar un proyecto ajustado a mis preferencias. He disfrutado muchísimo estos dos últimos años”.

Por lo pronto, su mente está puesta en los tabloncillos de Lima.


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