Grosjean
Foto AFP

El piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes) se ha llevado este domingo la victoria, undécima del curso, en un milagroso Gran Premio de Bahrein, antepenúltima cita del Mundial de Fórmula 1 marcada por el gravísimo accidente sufrido por el francés Romain Grosjean (Haas), al que el halo salvó de un final dramático.

El heptacampeón del mundo celebró un nuevo triunfo -número 95 de su carrera- por delante de los dos Red Bull, el del neerlandés Max Verstappen y el del tailandés Alexander Albon, mientras que McLaren se consolidaba como el primero del resto al situar los coches del británico Lando Norris y el español Carlos Sainz cuarto y quinto respectivamente. Sin embargo, fue otro hecho el protagonista en el crepúsculo asiático.

Los presentes en el trazado de Sakhir contuvieron la respiración cuando observaron cómo el monoplaza de Grosjean quedaba envuelto en una inmensa llamarada después de estrellarse contra los guardarraíles en la primera vuelta tras apagarse los semáforos. Acababan de ver en directo el, quizás, peor accidente de los últimos años en el ‘Gran Circo’.

Todo ocurrió muy rápido. Fue a la salida de la curva 3 del circuito de Bahrein, cuando el coche del piloto galo se tocó con el del ruso Daniil Kvyat (AlphaTauri) y se desvió de su trayectoria para irse directo a gran velocidad hacia el guardarraíl situado a su derecha.

Tras ello, una gran bola de fuego de la que la realización de la prueba desvió sus cámaras, en previsión de un desgracia. Todo ello incrementó la incertidumbre y la tensión entre la familia de la Fórmula 1, en shock esperando noticias de Grosjean.

La siguiente imagen fue la del francés, visiblemente aturdido, atendido por los comisarios y los médicos del circuito, aparentemente sin más heridas que unas quemaduras en manos y tobillos. El silencio contenido se rompió con los aplausos de todos los presentes en boxes.

Sin embargo, los hechos dejaron ver poco después que se había producido un milagro. En el impacto, con las ruedas saltando por los aires, el Haas quedó partido en dos, y de ese amasijo de hierros consiguió salir Grosjean tras 27 agobiantes segundos. El halo le había salvado la vida, consiguiendo que pudiese escapar por su propio pie entre las llamas por el pequeño espacio vital que se había formado entre el guardarraíl y el coche.

Carrera accidentada

Hora y media después de la primera salida y con Grosjean trasladado al hospital en helicóptero para realizarse más pruebas, la carrera se reanudó, pero solo unos giros más tarde el coche de seguridad tenía que saltar a la pista después de que el coche del canadiense Lance Stroll (Racing Point) volcase en la curva 8 tras un toque con, de nuevo, Kvyat -sancionado con 10 segundos por el incidente-.

Antes de lo ocurrido con Grosjean, Hamilton había defendido su décima pole de la temporada, y ya nadie discutió su posición de privilegio, mientras que Verstappen aprovechó que el finlandés Valtteri Bottas (Mercedes) se quedó clavado en la salida para ascender a la segunda posición.

El holandés supo defender su posición para llegar a meta segundo tras el vigente campeón, mientras que su compañero, el tailandés Alexander Albon, consiguió subir al podio después de que el mexicano Sergio Pérez (Racing Point), que marchaba tercero, rompiese su motor a solo una vuelta para el final.


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