El estreno de El último baile, un documental sobre el último año de Michael Jordan en los Bulls de Chicago, volvió a colocarlo en primer plano de la actualidad mundial, el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos y, sin duda, el deportista más rentable, según el diario Marca.

Su figura es una de las mayores y más exitosas creaciones de marketing de la historia. Su fortuna ronda los 1.900 millones de dólares, que le sitúan entre los 500 más ricos de Estados Unidos y entre los 1.500 más adinerados del planeta.

Así forjó su riqueza la leyenda y así gasta ese dineral, envuelto en lujos.

Ganó 93.8 millones en 15 temporadas en la NBA

Después de una carrera superlativa como jugador, la leyenda se quitó el traje de superhéroe, pero fue al posarse en la tierra cuando Clark Kent se hizo de oro rentabilizando su pasado de Superman.

Michael Jordan ganó 93,8 millones de dólares en salarios en sus 16 años en la NBA, casi la mitad de ellos en sus 2 últimos años con los Bulls (30,1 millones en la 96-97 y 33,1 en la 97-98). En su ocaso, con los Wizards, ganó un millón en cada una de las dos temporadas que jugó allí.

Está entre los 500 más ricos de Estados Unidos

Cuando debutó en la NBA se puso la camiseta de los Bulls y sacó el carnet de rico -no tanto por su salario como por los contratos publicitarios que firmó-, pero no se convirtió en multimillonario hasta 2014, 15 años después de retirarse.

El patrimonio neto de su fortuna al día de hoy ronda los 1.900 millones de dólares según Forbes o Business Insider, que le sitúan entre las 500 personas más ricas de Estados Unidos (455) y entre las 1.500 más adineradas del planeta. Por supuesto, ningún otro deportista puede presumir de una fortuna como la suya.

Michael Jordan y su legión de asesores supieron desenvolverse en los despachos tan bien como él lo hacía en la cancha. Supo diversificar sus inversiones y edificar un imperio que le permite tener aviones privados, yates, mansiones, campos de golf, motos, carros y lujos inimaginables para la mayoría de los mortales.

Su primer contrato con Nike fue de 250.000 dólares

El germen de su fortuna fue su salario como jugador. Ganó 93.8 millones en 15 temporadas, pero desde su debut en la NBA sus ingresos publicitarios superaron siempre por mucho su nómina como deportista.

El gran negocio de su vida fue y sigue siendo Nike. En 1984, su primer año en la NBA, firmó un contrato con la multinacional de ropa y calzado deportivo por 250.000 euros al año.

A Michael Jordan le hubiese gustado comprometerse con Adidas, pero la multinacional alemana buscaba jugadores de más de 2.13 metros (él medía 1.98 metros). Y Phil Knight, director ejecutivo de Nike, intuyó que se encontraba ante el filón de su vida y le convenció para aliarse a su marca.

«Firmar con Jordan fue la mejor decisión que he tomado en mi vida», suele decir.

Gana 100 millones al año con su filial Jordan Brand

Tanto es así que años más tarde la compañía creó para el basquebolista su propia división de ropa y calzado, Jordan Brand, por la que el ex atleta percibe aproximadamente 100 millones al año en ganancias por derechos.

Sus zapatos Air Jordan son las más vendidas de la historia y su imagen del Jumpman en la lengüeta son ya un símbolo universal. Gracias a ellas Nike factura 3.000 millones al año.

Su alianza fue el matrimonio comercial más productivo de la historia. Incluso, los hijos del mito, Jeffery, Michael y Jasmine, ocupan ahora diversos cargos de responsabilidad en la compañía de su famoso padre, una de las mayores creaciones de marketing de la historia. Y eleva su dimensión hasta el infinito al haberlo logrado sin existir las redes sociales. No le hicieron falta.

«Las palabras no son suficientes cuando el sujeto es Michael Jordan», escribió Fortune, la prestigiosa revista global de negocios. Su rentabilidad dejan boquiabiertos a los gurús del marketing.

Las acciones de Nike crecieron 84.129%

Desde que firmó con Nike en 1984 y hasta 2003, la multinacional creció en bolsa 9.305%, y en los años posteriores hasta la actualidad, 824%. Desde el inicio de su relación las acciones de Nike dispararon su valor 84.129%.

Quien hubiera invertido 1.000 dólares en 1984 hubiera tenido 20 años después 9 millones y tendría 84 millones hoy si conservara las acciones.

MICHAEL JORDAN

Compró los Hornets por 275 millones, ahora valen 1.050

El otro gran negocio de Jordan fue comprar los Hornets en 2010 por 275 millones (tiene  90% de las acciones) y que hoy día está valorada en 1.050 millones. No es su única incursión directiva en el deporte, también es accionista minoritario de los Marlins de Miami, de las Grandes Ligas de beisbol.

Además, casi desde el principio de su carrera le acompañaron y siguen proporcionándole grandes réditos, compañías como Gatorade (bebida energética), Hanes (ropa) o Upper Deck (comercio electrónico de barajitas y objetos deportivos de culto). Estos patrocinadores y socios comerciales le han sido fieles más de 30 años.

Restaurantes, concesionarios y nuevas tecnologías

No hay negocio al que Jordan haya rehusado si intuía que podía ser productivo. Siempre tuvo claro que una buena oportunidad de invertir, y más teniendo tanto dinero como él, siempre es una magnífica ocasión de incrementar los beneficios. Incluso en el mundo de la hostelería, tradicionalmente considerada una rama de poco pedigrí y casi inapropiada por la gente millonaria.

El mito de los Bulls tiene varios restaurantes de su propiedad, uno de ellos en Chicago y dos en Florida. Incluso, regenta un concesionario de carros Nissan en Carolina del Norte.

También son conocidas sus inversiones en nuevas tecnologías. Realizó un fuerte desembolso en e-sports, y tiene una participación en varias startups como Gigster, una de las grandes compañías tecnológicas de Silicon Valley, y en diversas empresas de desarrolladores, diseñadores y jefes de proyecto freelance.

El futuro no va a tomar por sorpresa a Jordan, que pone su dinero también en negocios de vanguardia.

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Gana millones en «pleitos»

Y otra fuente de ingresos que maneja, no menos importante tratándose de él, es el dinero que recauda de indemnizaciones al ganar pleitos a compañías que usan indebidamente y sin permiso su imagen con fines comerciales y que se cuentan por millones. Procedentes de estos litigios que va ganando llegó a donar 23 millones a varias ONG infantiles.

Solo en una importante demanda a una gran empresa la indemnización ascendió a 8.9 millones. Con su imagen no se juega.

También dedica su fortuna a ayudar a los más necesitados, aunque no todas sus donaciones lleguen a ser de dominio público. Solo algunas de ellas, como en 2016 cuando donó dos millones al Fondo de Defensa del Ncaap y al Instituto de Relaciones de las Comunidad y la Policía por un tiroteo contra unos civiles. Y

Y ahora con el documental The Last Dance, por el que cobrará casi cuatro millones de dólares que donará para obras benéficas.

Avión privado, yate y mansiones

Pero también piensa en sí mismo, disfruta de su fortuna que le permite llevar una vida plena de lujos y de alguna excentricidad propia de multimillonarios como él. Entre sus posesiones destaca un jet privado pintado con el color azul de North Carolina, donde cursó estudios universitarios y empezó a forjar su leyenda como jugador.

El número de bastidor de su avión incluye el número 23, que lució durante toda su carrera, y el 6, los anillos de campeón que ganó en la NBA.

También posee un megayate de 47 metros de eslora valorado en 80 millones de dólares y que tiene todo tipo de comodidades. Además, lleva grabado en el casco el nombre de Mr. Terrible. Es uno de sus grandes pasatiempos, navegar mientras saborea alguno de los famosos habanos a los que se hizo adicto luego de colgar la camiseta.

Admite fumarse seis puros al día y llegó a ser dos veces portada de una de las mejores revistas especializadas en la materia como Cigar Aficionado.

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Tampoco escatima gastos en viviendas, mansiones gigantescas con todo tipo de lujos.

Cerca de Charlotte posee una casa valorada en 2.3 millones, pero la joya de la corona la tiene en Chicago, donde vivió 14 años. Es una exclusiva mansión de 5.000 metros cuadrados con 9 dormitorios, 19 baños y todo tipo de lujos. Hace unos años quiso venderla por 29 millones de dólares, pero no encontró comprador y tuvo que rebajar el precio hasta los 14.9 millones.

Solo por póliza de seguro pagaba 100.000 dólares al año, y abona 680.000 de impuestos anuales por sus residencias.

Un campo propio de golf, otra de sus pasiones

Otra de sus grandes hobbies es el golf. Desde que se retiró es una de sus grandes pasiones.

Es habitual verle jugar por todo el mundo luciendo su handicap 7. Cuentan que antes de un partido con el Dream Team en los Juegos de Barcelona 92 se escapó e hizo 36 hoyos para saciar sus ganas de jugar. Incluso en Estados Unidos, harto del ritmo cansino del último club del que fue socio, decidió comprar su propio campo de golf en Hobe Sound (Florida) al que llamó Grove XXIII.

Suele vérsele por allí con su puro y su buggy personalizado.

Y se codea en los greens con ilustres golfistas amateurs y profesionales. Desde el ex presidente Bill Clinton, pasando por Tiger Woods, Sergio García (famosa fue la foto corriendo detrás de él en la pradera de St Andrews) o el desaparecido Severiano Ballesteros, con quien jugó en El Saler en 2004 coincidiendo con el gran Premio de Motociclismo de Valencia (las motos son otro de sus hobbies) y al que ganó 50 dólares al derrotarle en los últimos 9 hoyos que jugaron por el sistema de match play por 2-1.

Un aportador convulsivo

Fue una apuesta simbólica para Jordan, que suele jugar mucho más fuerte. Con Charles Barkley se jugaba 200 dólares por hoyo, pero llegó a jugar contra otros amigos apostando 100.000 dólares al ganador del recorrido.

Incluso, un día le ganó 500 dólares a un espectador que apostó a que no era capaz de alcanzar el green con su golpe. Nada le motiva más que alguien le diga que no será capaz de hacer algo. Así son los genios.

El Yahvé de su seguridad

Michael Jordan, dios en el mundo del baloncesto, también lo fue en el mundo del marketing. Y, según parece, también lo es para las personas que le rodean, las que mejor le conocen y le describen como un ser afable y cariñoso.

No es casualidad que el equipo de seguridad de seis personas que le acompaña siempre en sus viajes al extranjero utilice el nombre en clave de ‘Yahvé’ (nombre en hebreo de Dios) para referirse a su jefe. Amén.


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