El lanzador Andy Rodríguez, fichado por la Liga de Japón y considerado un gran talento, se quedó en Florida, convirtiéndose en el cuarto integrante de la selección cubana en abandonar la delegación al Preolímpico de las Américas. Así lo confirmó este lunes la federación local.
«Rodríguez, de 22 años de edad, decidió incumplir su contrato con el equipo Halcones de Softbank, de la Liga Profesional de Japón, país al que debió viajar este lunes desde Estados Unidos», señaló la Federación Cubana de Beisbol (FCB), en un comunicado publicado por JIT, órgano de prensa del Instituto Cubano de Deportes (Inder).
«Su posición le convierte en transgresor de los compromisos asumidos con Halcones de Sofbank y la FCB, al amparo del cual se oficializó su vínculo con el equipo nipón», añadió la FCB.
El pitcher, que firmó con el SoftBank en enero pasado, permanecía en Florida a la espera de la fecha acordada para su traslado. Sin embargo, no se presentó en el aeropuerto, a diferencia de Alfredo Despaigne, Liván Moinelo, Raidel Martínez y Yadiel Rodríguez, que también juegan con el aval de la FCB en la liga japonesa.
En el preolímpico, que inició a finales de mayo, los cubanos cedieron en sus dos primeras salidas frente a Venezuela y Canadá por idéntico marcador de 6-5. Eso dejó por primera vez a Cuba, dueña de tres títulos bajo los cinco aros y 25 coronas mundiales, fuera de los Juegos Olímpicos con su deporte nacional.
Otros desertores
Rodríguez es el cuarto miembro que abandona la delegación cubana que participó en el preolímpico, tras la fuga el viernes de Lázaro Blanco, el mejor lanzador del beisbol cubano. También se fugó el jugador César Prieto, considerado uno de los mayores talentos de la pelota isleña, quien lo hizo el 26 de mayo.
El pasado jueves, el psicólogo del equipo, Jorge Sile Figueroa, también dejó la delegación poco antes de que emprendiera su viaje de regreso a la isla. Así confirmó a la AFP una fuente cercana al equipo que pidió guardar la confidencialidad. La FCB no lo ha confirmado.
En su comunicado, la FCB subrayó que, en medio de la sostenida agresión contra el deporte cubano, la inhabilitación del acuerdo destinado a normalizar la llegada de los jugadores a la MLB constituye un estímulo para los orquestadores de estas acciones que incurren en el repudiable tráfico de atletas.