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Foto AFP

La llama olímpica atraviesa actualmente Japón y deportistas de todo el mundo intensifican su entrenamiento para los Juegos de Tokio, pero a cien días del evento, los organizadores se ven todavía confrontados a desafíos monumentales por causa del virus.

La persistencia de la pandemia y bruscos resurgimientos del coronavirus, incluido Japón, perturban los preparativos de los juegos y alimentan la incertidumbre respecto a la posibilidad de organizar el evento este año. El evento está previsto del 23 de julio al 8 de agosto.

Pruebas test de diferentes deportes se aplazaron, el relevo de la llama olímpica se redujo al mínimo y nuevas restricciones sanitarias están en vigor en Tokio y en otras ciudades niponas.

Pese a todo, el tono de los organizadores y de los responsables olímpicos es de confianza, sus declaraciones públicas se concentran más que en la eventual celebración de los juegos en la manera en que se desarrollarán.

Tienen razones para ser optimistas: el relevo de la llama olímpica empezó en Fukushima el mes pasado aunque los espectadores no pudieron asistir a la salida y a la primera etapa. Asimismo, comenzaron programas de vacunación en muchos países, mientras que algunos equipos olímpicos ya se vacunaron.

Japón no exige que los participantes en los Juegos de Tokio estén vacunados contra el virus, pero el Comité Olímpico Internacional (COI) anima a vacunarse y obtuvo dosis fabricadas en China para los deportistas de los países que no hayan tenido acceso.

En Japón, las manifestaciones deportivas continúan, con un número de espectadores limitado, y los aficionados siguen ya las reglas que se aplicarán en los Juegos este año, sobre todo la prohibición de aclamar.

Buenas y malas noticias

La decisión de Corea del Norte de no participar en los Juegos de Tokio debido al virus no tuvo efecto de bola de nieve. Los deportistas parecen en su mayoría impacientes por reencontrar la escena internacional.

«Estos últimos meses nos motivaron», declaró la semana pasada la nadadora estadounidense Katie Ledecky, quíntuple medallista de oro olímpica. «Queremos mostrar al mundo todo el trabajo que hemos realizado».

En Japón, la nadadora Rikako Ikee suscitó el entusiasmo ganando una plaza en el equipo relevo olímpico, solo dos años después de un diagnóstico de leucemia.

Pero las noticias están lejos de ser todas positivas. El resurgimiento del coronavirus obligó al gobierno japonés a volver imponer restricciones solo tres semanas después de haberlas levantado.

En Osaka, el gobernador prohibió el paso de la llama por la vía pública: el relevo tendrá lugar en un parque cerrado a los espectadores.

Una prueba test de waterpolo se anuló debido a las restricciones en las fronteras japonesas. Otros torneos de clasificación se aplazaron.

«Juegos seguros»

Pese a estos problemas, los organizadores de Tokio-2020 afirman estar confiados y en medida de organizar unos Juegos seguros contra el virus.

Publicaron manuales enumerando las estrictas medidas antivirus, que se actualizarán este mes, con la esperanza de apaciguar los temores del público japonés. Los espectadores aún se oponen mayoritariamente a estos Juegos, ya aplazados un año debido a la pandemia, una novedad en tiempos de paz.

Las decenas de miles de deportistas y otros participantes en los Juegos procedentes del extranjero escaparán a la cuarentena y no necesitarán presentar una prueba de vacunación.

Pero los deportistas deberán limitar sus desplazamientos, quedarse en la villa olímpica solo hasta que terminen sus pruebas y someterse regularmente a test sanitarios.

Los juegos no recibirán aficionados procedentes del extranjero y este mes podría tomarse una decisión sobre el número de espectadores residentes en Japón. Sea cual sea, el ambiente estará lejos de las grandes fiestas habituales que acompañan a este evento planetario. Será el reino de la televisión.

Los sondeos muestran que la mayoría de los japoneses preferiría un nuevo aplazamiento o una anulación. Sin embargo, los que defienden su celebración en la fecha decidida son más que antes, pasando de 11% en enero a 27% en marzo.

«La situación del covid-19 va naturalmente a influir en la opinión pública sobre los Juegos», declararon los organizadores a preguntas de la AFP.

Estas fuentes destacaron que la mayoría de Juegos Olímpicos reciben críticas antes de su celebración y esperan un cambio de opinión una vez que los deportistas entren en escena.

«En cada ocasión, nos hemos inspirado en su fuerza y en su capacidad de superación, y eso será más cierto que nunca este año», dijeron.


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