Piense en Urano y Neptuno, los planetas más externos del sistema solar, y podrá imaginarse dos tonos distintos: turquesa pálido y azul cobalto. Pero los astrónomos dicen que los verdaderos colores de estos distantes gigantes de hielo son más similares que sus retratos populares.

Neptuno es un poquito más azul que Urano, pero la diferencia no es tan grande como aparece en las imágenes comunes, de acuerdo con un nuevo estudio.

“Hay una sutil diferencia en el tono azul entre Urano y Neptuno, pero sutil es la palabra clave”, dijo Leigh Fletcher, profesor de ciencias planetarias en la Universidad de Leicester, en Inglaterra, y un autor del estudio.

En la década de 1980, el Voyager 2 de la NASA se convirtió en la primera (y aún la única) nave espacial en visitar los dos planetas. Los científicos de aquella época realzaron artificialmente el azul de las imágenes de Neptuno tomadas por las cámaras de Voyager para resaltar las numerosas curiosidades del planeta, como su onda polar sur y sus manchas oscuras. Pero al ojo humano tanto Neptuno como Urano lucen de color azul verdoso pálido.

Las imágenes mejoradas de Neptuno a menudo incluyen leyendas que abordan el color artificial, pero ha perdurado el concepto de un planeta azul profundo.

Patrick Irwin, profesor de física planetaria en la Universidad de Oxford y uno de los autores del estudio, y sus colegas utilizaron instrumentos avanzados en el Telescopio Espacial Hubble y en el Very Large Telescope de Chile para resolver los colores de los planetas con la mayor precisión posible. También revisaron un inmenso registro de observación de ambos planetas captado por el Observatorio Lowell en Arizona entre 1950 y 2016.

Los resultados confirman que Urano es solo ligeramente más pálido que Neptuno debido a la capa más gruesa de bruma de aerosol que aclara su color.

Los datos de Lowell también arrojan nueva luz sobre un misterio que ha desconcertado a los astrónomos durante años: por qué Urano se tiñe de verde durante sus solsticios, pero irradia un brillo más azul en sus equinoccios. El patrón está relacionado con la extraña posición de Urano -inclinado casi por completo de lado. En el curso de una órbita de 84 años alrededor del Sol, los polos de Urano se sumergen en décadas de luz u oscuridad perpetua en los veranos y los inviernos, mientras que las regiones ecuatoriales miran al Sol cerca de los equinoccios.

Debido a que el metano atmosférico absorbe la luz roja y verde, el ecuador termina reflejando más luz azul; por el contrario, los polos, que contienen la mitad de metano, están teñidos ligeramente de verde. El estudio confirma esta dinámica y muestra que una “capucha” de partículas de hielo se forma sobre los polos durante el verano de Urano, potenciando el efecto verde.

“Espero que para el público este artículo pueda ayudar a deshacer décadas de información errónea sobre el color de Neptuno”, dijo Heidi Hammel, astrónoma que trabajó en el equipo de imágenes del Voyager en 1989 y ahora es vicepresidenta de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía.

“Nunca ha habido un ánimo de engañar, pero sí ha habido un intento por contar una historia con estas imágenes haciéndolas estéticamente agradables a la vista para que la gente pueda disfrutar de estas hermosas escenas de una manera que quizás sea más significativo que una mancha amorfa, gris y borrosa en la distancia”, dijo Fletcher.

Por: BECKY FERREIRA

THE NEW YORK TIMES


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!