Menopausia Salud Bienestar Mujer
Imagen: Referencial | EmSalud

No es el fin del mundo, aunque sigue pareciéndolo para muchas. Tampoco es una enfermedad. Es un periodo para los autocuidados y escuchar al cuerpo, el inicio de una nueva etapa en la vida de la mujer. Una que debería experimentarse con absoluta dignidad y que, aún en pleno siglo 21, continúa siendo estigmatizado por la sociedad.

En el continuo desarrollo del género, la menopausia ha sido una conversación silenciosa, sobre todo entre quienes la transitan. Privada, como si fuese algo que se debe sufrir y ocultar. Al parecer, después del «cese permanente de la menstruación», como describe este proceso la Organización Mundial de la Salud (OMS), se abrirá una Caja de Pandora de la que nadie quiere la llave.

Científicamente hablando, existen 34 síntomas que tienen efecto en la salud y el día a día. Destacan el insomnio, bochornos, sudoraciones excesivas y aumento en el flujo menstrual; irritabilidad, cambios de humor, dolores de cabeza, fatiga, ansiedad y depresión. Algunos de estos, a veces, incapacitantes. Traen consigo un efecto dominó en cuanto al trato, burlas y cambios en la percepción de las habilidades de la mujer.

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Si la esperanza de vida en las mujeres para 2023, según la OMS, es de 78 años, y en Venezuela la edad promedio es 78,2 años, significa que viven la tercera parte de su vida en ese período. Se necesita desmitificación, atención, educación e información. Y, en mayor medida, un acompañamiento que rompan con el espiral del silencio que ha permanecido por generaciones. Aunado a eso, es importante promover una consciencia que ayude a transitar una etapa que tiende a ser interiorizada por vergüenza a ser identificadas y, por ende, discriminadas.

Menopausia: síntomas y psicología

Isbelia Segnini, sexóloga, psicoterapeuta cognitivo-conductual y coach motivacional, señala que la menopausia es el cese de la menstruación en forma natural, pero que existen dos más. «Hay una quirúrgica que, a cualquier edad, pero sobre todo en la reproductiva, requiere de la extracción de los ovarios y el útero por diversos tratamientos a los que se ve sometido el cuerpo humano. También tenemos la menopausia química, que se produce como efecto colateral cuando hay mujeres que han tenido o tienen cáncer, y cuyos métodos conllevan al cese total de la función ovárica».

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Isbelia Segnini

El proceso de la menopausia se inicia alrededor de los 53 años. «Los 5 o 7 años antes, etapa mejor conocida como climaterio, son clave; también los 4 o 5 años posteriores», asegura. «Alrededor de ese tiempo comienzan los cambios físicos y psicológicos de toda índole. Pero el día 365 que no hay menstruación, importante que se entienda este punto, ya eres menopáusica», explica. «Hay algunas mujeres a las que se le desaparece por 3 o 4 meses y después comienzan a manchar de nuevo. Podrían estar pisando la tan temida etapa premenopáusica».

Annalisa Di Rocco, ginecobstetra integral con posgrado en Psiconeuroinmunología y Master en Microbiota Intestinal, dedicada a la salud femenina, expresa que, como etapa fisiológica de la vida, no es un momento, es un camino que transitaremos por siempre y la mujer debe estar preparada.

«Como hay una disminución en la cantidad y la calidad de hormonas que producimos, ocurre una disminución de los receptores y de ciertos neurotransmisores como la serotonina y dopamina», explica. «Allí están implicados las emociones, el sueño y el descanso, y la desinflamación. También nos encontramos con la vasoconstricción de los vasos sanguíneos que más adelante nos producirán, además de la variación de los estados anímicos y la tendencia de la depresión, tristeza o introversión, los fastidiosísimos trastornos vasomotores o calorones que no nos dejen en paz». Estos hacen que la mujer se despierte por la noche con taquicardia y angustia inexplicables.

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Annalisa Di Rocco

Dentro de la ecuación, Segnini hace hincapié en que también la autoestima se ve trastocada por el mal concepto que se ha manejado de que la mujer menopaúsica está acabada. «Esa una vieja que ya no quiere o no puede. ¡No y no! Eso es completamente mentira».

La tendencia a estar mucho más irritable de lo normal, señala la psicóloga, hace que, por consiguiente, la mujer experimente estados depresivos, reacciones que antes no tenía, bajo deseo sexual y fuertes cambios de humor. «Hay mucho de la mente; trabajar tus pensamientos, y el significado de cada uno de ellos, es también un tratamiento en el proceso de la menopausia».

“Existe un gran vacío, o eso se cree”.

«Pero no tiene por qué ser así: esta es una etapa más como la pubertad, la menstruación o el embarazo. La menopausia se puede, y se debe, llevar con dignidad, tranquilidad y alegría. Ser mujer es una bendición. Cuando entendemos eso, la menopausia se convierte en aceptación».

El sexo y la menopausia, dos buenos amigos

Segnini describe que la resequedad vaginal, en el entorno sexual, es de los síntomas más predominantes. Inclusive las relaciones o el coito es tan doloroso que se recomiendan ciertos tratamientos para contrarrestarlo.

«Cuando hay resequedad, pero además hay deficiencia de hormonas, hay una baja de libido y una baja de lubricación, pero eso no quiere decir que no haya ganas», explica. «La excitación, lubricación y los tejidos comienzan a cambiar, por eso hay que tomar las riendas y buscar soluciones. La sexualidad es para disfrutarla, no para padecerla, y nosotros tenemos las herramientas para ‘padecerla’ de la mejor manera posible, incluso en la menopausia». 

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Di Rocco dice que todo es producto de la progesterona. También se alteran ciertas bacterias indispensables para las mucosas de la mujer a las que se le conoce como microbiota. «Existe la carencia de ciertos lactobacilos de los que necesitamos sus cepas en el tracto reproductor femenino, pues intervienen en el grosor y la calidad de la mucosa vaginal».

Entonces, ¿qué pasa con las relaciones? «El tabú de que se murió el disfrute, de que no habrá buen sexo, es mentira, así como que la vejez puede más, que nada será igual que antes. Claro que el panorama cambiará, dentro de la antropología, las mujeres entramos en la vejez, pero eso no se traduce en dejar de sentir placer», destaca la ginecobstetra.

«La idea de que la mujer menopáusica no puede ser intelectualmente activa, que perdió el interés en vivir y vibrar; que no desea o no puede gozar de una tranquilidad enorme, de un sexo más maduro y más comprometido, más amoroso y de acompañamiento, no es posible para muchos, pero te aseguro que sí lo es», afianza Segnini. «A pesar de que pueda haber una cierta tendencia a estar taciturno, existen alternativas que pueden ayudarnos a mejorar nuestra realidad. La vida sigue y tenemos una etapa súper bella que explorar, pero necesitamos aceptar. Es un mundo nuevo de posibilidades, de redirección».

«Nunca dejes de hacer tu vida. Es un mito que la vida se acaba, nunca lo aceptes”

La menopausia no se traduce en dejar de sentir placer

Navegar entre la nutrición y el ejercicio

Según las expertas, el descuido parece ser una de las constantes antes de atravesar el período menopáusico. «Llegar a esta etapa ignorando el ejercicio físico, una alimentación sana y el cuidado de la piel, el pelo y demás aspectos del cuerpo humano, es un error», comenta Annalisa Di Rocco.

Para la especialista, hay cambios que se manejan, trabajan y atajan desde antes, siempre de la mano de un médico tratante.

Rosmery Nacimiento | Foto Karem González

Rosmery Nacimiento, especialista en Nutrición clínica, destaca que uno de los principales cambios a nivel físico cuando se transita por la menopausia es la acumulación de más tejido graso a nivel abdominal. «Esta se moviliza de los brazos y piernas hacia el abdomen».

¿Qué se puede comer y qué no? «La literatura es clara: no hay nada descrito en cuanto a un patrón de alimentación en el proceso menopáusico. Lo único que sí está planteado es la inclinación hacia el patrón mediterráneo».

Lamentablemente, en Venezuela se hace cuesta arriba seguirlo. Según afirma, es el más idóneo en el camino porque contiene elementos que favorecen el nivel de los estrógenos y pueden ser la contraparte para los cambios que se producen en el periodo premenopaúsico.

«Debemos consumir, en vez de refinados, alimentos integrales como panes, cereales y pastas, aunque estas últimas deben reducirse a una vez por semana. Incorporar leguminosas como lentejas y caraotas y nunca olvidar el componente de ensaladas y frutas importantes para menoscabar cambios transitorios que también generan mayor riesgo cardiovascular».

Sobre la Dieta Keto o el ayuno, opciones muy populares entre las mujeres durante esta etapa, argumenta que no se han visto beneficios, así que no lo aconseja como alternativa. «En la primera se retiran los carbohidratos y solo se consumen proteínas y grasa; ante esto no hay un efecto claro y positivo pues el problema radica en la adherencia y, a largo plazo, la reganancia de peso que podría ser mucho mayor. Con la segunda, omitir ciertos rubros de alimentos a tantas horas, tampoco es positivo. Recordemos que en la menopausia también hay una pérdida de calcio importante así que hay que proteger huesos y músculos; debemos mantener una estructura ósea que depende de la proteína que ingerimos», recalca.

Pre, durante y pos, dice, que es importante reducir el consumo de azúcar y eliminar los edulcorantes, hornear en vez de freír y utilizar grasas de aguacate o frutos secos como nueces y almendras que mejoran la función de la insulina. Dejar de fumar y bajar el consumo de alcohol, es imperativo, añade.

Músculos, fuerza y resistencia

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Elizabeth Mancera | Foto Karem González

Elizabeth Mancera, entrenadora personal, certificada en el entrenamiento personalizado para la mujer con foco en la musculación, explica que los cuerpos de las mujeres son muy diferentes cuando presentan un cuadro pre y menopáusico.

«Algunas llegan con sobrepeso o muy por debajo de la media, así que vamos trabajando a medida de cómo se van sintiendo. Veo patologías variopintas, migrañas y dolores articulares también. A partir de entonces hacemos trabajos progresivos, la idea es minimizar dolencias y favorecer la masa muscular que vamos perdiendo mientras se transita por este proceso», indica.

Favorece mucho, dice, el trabajo de fuerza, donde cada músculo se trabaja con peso, desde el propio hasta ir evolucionando con mancuernas. Lo más importante es hacerlo de la mano de un nutricionista.

«La alimentación es primordial en esta nueva etapa de la vida en la mujer, trabajar con ejercicios cardiovasculares ayudaría en la pérdida de grasa en las zonas donde hay más volumen: brazos, abdomen y entrepierna. La idea es no perder coordinación, movilidad o equilibrio. Según la OMS se recomiendan 150 minutos de ejercicio cardiovascular para trabajar corazón y circulación, con 2 ó 3 días de entrenamiento de fuerza que nos ayudaría a ganar masa muscular», agrega.

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No se recomiendan ejercicios de alto impacto. «Ya pasados los 50, no debemos hacer sobrecargas, estamos involucrando huesos, músculos, articulaciones que no deben ser comprometidas a riesgos de lesión. Debemos hacer un trabajo bien realizado, buena técnica, postura y respiración. Todo de menos a más», subraya.

También se pueden hacer clases de sala, steps, clases de baile o entrenamientos al aire libre: caminatas o trotes suaves. «La idea es estar activo, tener movilidad, porque es lo único que garantiza una mejor funcionabilidad del cuerpo. Aprovechamos de trabajar todos los ángulos y planos sagitales posibles con yoga, pilates y meditación, disciplinas que contribuyen con la oxigenación y favorecen a la respiración».

Recalca Mancera: «Hay que olvidarse de los no puedo. Eso no existe. Hay que fortalecer nuestra calidad de vida como podamos. Debemos adaptarnos a nuevas formas de salud y bienestar, con el ejercicio lo mejoramos. Siempre se puede. Así como la aceptación, la paciencia y dedicación forman parte de la ecuación».

Si se está en entrando en la menopausia, que no haya pánico. «Nos hacemos un perfil 20 que comprenda hematología completa y un perfil lipídico para medir el colesterol bueno y malo, HDL y LDL. Para descartar, también un examen de orina, porque pueden presentarse casos de alguna infección indeseada debido a la incontinencia. Eso pudiese predecir en qué estatus está la persona», resumen las especialistas.

Todo va para menos si la mujer quiere que sea así, agregan. Lo importante es entender que la menopausia es un proceso en el que todo puede controlarse en la medida en la que la mujer identifica cómo se siente y acepta el proceso que le toca vivir.


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